Cuando hablamos de amor propio, por lo general lo confundimos con autoestima. Si bien tienen mucha relación, la principal diferencia es que la autoestima es la percepción que se tiene de uno mismo, implica un aspecto más mental o racional, mientras que el amor propio se enfoca en lo más profundo, es la valoración que tenemos de nosotras mismas, y como resultado influye en las diferentes actitudes y comportamientos que realizamos.
Sería interesante que la importancia del amor propio, y cómo practicarlo, se enseñase en las escuelas y se cultivase en las familias desde pequeños. Esto daría como resultado niños más felices, seguros e independientes. Si bien la autoestima se va formando desde los primeros años con las vivencias personales, familiares y sociales, a lo largo de nuestra vida puede sufrir altibajos y verse de esta manera modificada. Mientras que el amor propio, una vez logrado, se va consolidando y ayuda a la consecución de objetivos, metas y logros personales, independientemente de aquellas vivencias negativas o positivas que podamos experimentar.
Pero, ¿cómo lograr este amor propio?
A continuación, te damos 7 hábitos que pueden ayudar a desarrollarlo y potenciarlo.
- Rodearse de vínculos saludables: en este aspecto nos referimos a estar con personas que nos hagan sentir bien y pasar un buen momento. Muchas veces, sin darnos cuenta, mantenemos vínculos durante años con personas que son dañinas para nosotros o con las que no disfrutamos de su compañía. Esto es algo que no ayuda al desarrollo del amor propio.
- Aprender a decir no: por lo general vemos con una connotación negativa el “decir no”, y como resultado terminamos aceptando muchas cosas que no queremos, como invitaciones, compañías, malos tratos, actividades, etc., por miedo a que el otro piense mal de nosotras, se ofenda o se enfade. Si queremos tener amor propio, es importante aprender a decir “¡No!” sin miedo.
- Darse pequeños caprichos: el amor propio también implica mimarnos. A veces, estamos tan apuradas o concentradas en los otros que nos olvidamos de nosotras mismas; esto es algo tan simple como poder hacer una pausa, tomar un café, comprarnos aquel libro o accesorio que tanto queremos, hacer algún hobbie, aprender algo que hemos ido posponiendo, etc. Debemos empezar a ser prioridad en nuestra lista de rutinas.
- Aceptarnos como somos: es fácil hablar de aceptación, pero es difícil aplicarla. Muchas veces, decimos que nos gusta cierta parte de nuestro cuerpo pero que odiamos otra, o resaltamos y mostramos ciertos rasgos de nuestra personalidad, pero ocultamos o negamos otros; es importante aceptarnos como somos tanto a nivel físico y psicológico como espiritual. Aceptar nuestras luces y sombras, implica una integración como personas, y nos ayuda a mejorar nuestras imperfecciones y potenciar nuestras virtudes.
- Poner límites: esto se relaciona estrechamente con el saber decir no, pero abarca más aspectos. El poner límites hace referencia a aquellas situaciones, personas, actividades, actitudes, pensamientos, sentimientos, hábitos que nos hacen mal y no podemos cortar. Por ejemplo, cuando estamos en un trabajo que no nos gusta, pero permanecemos en él por miedo al cambio, cuando estamos en una relación sentimental en la cual no somos felices, cuando tenemos hábitos poco saludables y reconocemos que no son buenos para nuestra salud, pero aun así no dejamos de hacerlos, cuando tenemos pensamientos y sentimientos negativos tanto hacia nosotras mismas como hacia otras personas. Es importante poner límites para evitar dañarnos.
- Comunicación asertiva: poder decir lo que uno siente y piensa es una característica muy importante del amor propio. Muchas veces no lo hacemos por miedo al rechazo, por vergüenza, por timidez, y nos quedamos con esa sensación de enojo, disconformidad o malestar. Aprender a decir las cosas en el momento oportuno, con respeto y asertivamente ayuda a nuestra valoración personal.
- El autoconocimiento: el poder conocernos íntegramente ayuda a tener recursos para afrontar diferentes situaciones de nuestra vida y así sentirnos más seguras. Para ello, es importante escucharnos y observarnos: esto ayudará a que podamos reconocer nuestras luces y sombras, a poner límites y decir no cuando algo no nos gusta, a mimarnos y rodearnos de vínculos saludables, etc.
Empieza a practicar estos hábitos que te ayudarán a desarrollar tu amor propio y podrás sentirte más plena, segura y auténtica. Notarás cómo cambias tu vida, generas nuevos proyectos y empiezas a cumplir muchas de tus metas.
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