La cocina es un espacio que podemos utilizar para que nuestros niños desarrollen habilidades manuales y matemáticas. A su vez, además de ser un lugar en el que sus sentidos estarán constantemente recibiendo diferentes estímulos, también puede ser una gran oportunidad para involucrarlos en las preparaciones diarias e incentivarlos a probar nuevos sabores y texturas.
Aunque se suele ver la cocina como algo peligroso, sobre todo para los más pequeños del hogar, con las debidas medidas y con recetas aptas para su edad y habilidades, la cocina puede convertirse en un lugar seguro y muy enriquecedor. A continuación, te presento algunos de los principales beneficios que proporciona la cocina a los niños.
Incentivar la creatividad
La mezcla de sabores, texturas y colores pondrá la imaginación del niño a trabajar: los niños tienen creatividad e imaginación de sobra, sólo basta con ponerlos en las situaciones y ambientes adecuados para potenciar estos aspectos. Por ejemplo, en la cocina, decorar un pastel o probar diferentes combinaciones a la hora de preparar una ensalada, pueden resultar ser un gran estímulo para ellos.
Paciencia
Algunas preparaciones requieren un poco más de esfuerzo que otras, lo que logra que el niño trabaje su paciencia. Si queremos trabajar este aspecto del niño, podemos, por ejemplo, preparar un postre, ya que esto involucra el tiempo como elemento importante, sobre todo si decidimos preparar un pastel (medidas exactas de ingredientes, preparación, hornear, etc.). De esta forma, el niño comprenderá que en muchas ocasiones no todo se consigue al momento, sino que hay que esperar y ser paciente.
Capacidad de seguir instrucciones
Una habilidad que es útil en todas las etapas de la vida es la capacidad de comprender y seguir instrucciones. En la cocina es primordial seguir un orden para obtener un buen resultado; por eso, cocinar puede ser una buena actividad para enseñar a nuestros pequeños su importancia.
Habilidades matemáticas
La cocina resulta especialmente útil cuando las fracciones llegan a la vida de nuestros hijos: unidades de medida, peso, densidad y muchos otros conceptos matemáticos cobrarán vida, dejando de ser sólo números en un papel. Por lo que, gracias a la cocina, podrán experimentar de primera mano esos conceptos adquiridos en la escuela, lo que será un gran apoyo para su aprendizaje.
Uso de los sentidos
Para los niños pequeños es particularmente importante experimentar con diversos materiales y texturas, además de conocer nuevos sabores. Mediante la elaboración de recetas culinarias pueden utilizar todos sus sentidos e incorporarlos a esta divertida actividad.
Ahora que conocemos algunos de los beneficios que la cocina trae a la vida de nuestros pequeños, te proporcionamos un par de ideas sencillas para que tus hijos participen en la cocina.
Niños de 3 a 5 años
- Cascar y batir huevos.
- Formar brochetas de fruta.
- Colocar mantequilla en un molde.
- Decorar postres.
- Agregar ingredientes a la ensalada y mezclarla.
Niños de 6 a 8 años
- Pesar los ingredientes.
- Exprimir naranja o limón con exprimidor.
- Amasar, estirar masa.
- Cortar figuras para galletas.
- Ayudar en la limpieza de la cocina.
Niños de 8 años en adelante
- Cortar frutas y verduras.
- Seguir una receta.
- Realizar preparaciones calientes.
- Decorar y emplatar.
- Rallar queso.
Ejemplos de preparaciones sencillas
Algunos ejemplos de recetas que puedes preparar junto a los niños, son: gelatina, ensalada de fruta o verdura, pasta, tostadas francesas, yogurt con cereales y frutas, sándwich, galletas de mantequilla, puré de patata o papillas de todo tipo.
Como podéis ver, la cocina es un espacio muy apto para los niños: siguiendo las medidas de seguridad adecuadas pueden llegar a potenciar y desarrollar habilidades necesarias y útiles para la vida. A su vez, cabe señalar que el contacto con la cocina ayuda a fomentar y adquirir hábitos alimenticios saludables y conocimientos, como por ejemplo, los beneficios que conllevan los alimentos reguladores; incluso, fomentar la participación en la cocina puede ser un aliado a la hora de combatir la desgana y el no querer comer que muestran los niños, sobre todo, a partir de los 2 años. Además, mediante la cocina se transmiten tradiciones y conocimiento familiares, lo que hace que el niño esté más apegado a sus raíces y a sus más allegados.
Submit comment Cancel Reply