Esto ocurre cuando no logramos que nuestro bebé duerma durante la noche o suficientes horas al día. Si estás luchando contra esas dificultades que impiden que tu bebé duerma, las consecuencias también te pueden llegar a afectar, a causa de la falta de horas de sueño. Pero, ¿qué puede estar mal? ¿Qué debemos hacer? A continuación, trataremos las posibles soluciones a este problema.
Es muy probable que durante el embarazo hayas escuchado afirmaciones como “duerme todo lo que puedas porque una vez que nace el bebé, no volverás a dormir”. Seguramente pensaste que era una exageración, pero la verdad es que esto puede convertirse en realidad. Como padres tenemos expectativas sobre el comportamiento de los bebés y queremos controlar cada detalle de sus rutinas, pero hay ocasiones en las que nada funciona y comenzamos a cuestionarnos si estamos haciendo lo correcto.
- Descartar problemas de salud
Cuando un recién nacido que debería dormir alrededor de 14 horas al día solamente duerme 6, algo malo está ocurriendo. Es recomendable comenzar por visitar al pediatra para que descarte que las razones por las que tu bebé no puede conciliar el sueño están relacionadas con su salud. En muchos casos, puede ser malestares derivados de la alimentación, como los cólicos, el reflujo o problemas de succión que no permiten que reciba suficiente alimento. Una vez descartado un problema de salud, podemos pasar a los siguientes puntos.
- Ajustar las expectativas
Cada bebé viene a este mundo con un set de necesidades específicas, y muchas de ellas están determinadas por nuestra especie. Hasta hace apenas unos miles de años, nuestro modo de vida cambió. Antes de vivir en casas de concreto y habitaciones separadas, no éramos muy diferentes a los primates, y nuestras crías pasaban la mayor parte del tiempo a nuestro lado. Tratar de cambiar las necesidades biológicas de un bebé es imposible; lo mejor que podemos hacer es ajustar nuestras expectativas de un bebé que come cada cierta hora y duerme bajo un horario controlado.
- Crear un ambiente y rutina adecuadas
Conocer a nuestro bebé y sus necesidades puede tomar algunas semanas, pero, una vez que lo logramos, es posible establecer rutinas que además se ajusten a nuestras necesidades. Por ejemplo, a partir de los tres meses encontraremos ciertos patrones en las horas de siesta y alimentación. Es aquí cuando podemos intervenir y crear una rutina de sueño constante: podemos comenzar por alimentar al bebé, seguido de un baño, un poco de música relajante y las luces tenues, y, por último, acostarlo en su para que duerma.
Crear un ambiente agradable antes de ir a dormir le dará al bebé las señales de que la hora de dormir se aproxima. Conforme el bebé crece, seguirá el patrón y, en este punto, se le podrá cambiar la rutina a, por ejemplo, cenar, tomar un baño, lavarse los dientes, leer un cuento y dormir. Teniendo en cuenta que las ayudan mucho mas no son infalibles, algunos días tendremos que arrullarlos hasta dormir, y otras tantas querrán dormir en nuestra cama. La clave se encuentra en la constancia y la paciencia: son etapas que debemos atravesar de la mejor manera.
Submit comment Cancel Reply