El equilibrio entre ser madre y mujer empoderada

El equilibrio entre ser madre y mujer empoderada

Empoderar De en- y poder 2.

  1. tr. Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido. U. t. c. prnl.
  2. tr. Dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo. U. t. c. prnl.

Cuando se me ofrece la oportunidad de escribir este artículo, por el que estoy enormemente agradecida, y se me propone el tema “Equilibrio entre maternidad y empoderamiento” necesito acudir al diccionario y entender realmente qué significa “mujer empoderada.”

La mayoría de veces que escucho esta palabra, se refiere al feminismo que aboga por el empoderamiento de la mujer emprendedora, la empresaria, la que rompe el techo de cristal o sigue luchando por romperlo.

En fin. He acudido al diccionario a buscar el verdadero significado del verbo “empoderar” y mi sorpresa ha sido descubrir que la palabra en sí define bastante bien lo que significa ser madre, o al menos lo que ha significado para mí estos nueve años que me he dedicado casi exclusivamente a ser mujer-madre a tiempo completo.

Cuando mi hijo Oscar nació, en el año 2013, hacía sólo un par de años que vivía en un país extranjero, en el que por motivos burocráticos no podía trabajar y en el que no tenía vida propia, sino que compartía la vida de mi pareja, que fue el principal motivo por el que me mudé allí. Gracias a ser mujer-mamá, conocí a un grupo de mujeres maravillosas y tuve la suerte de convertirlas en compañeras de experiencia y compartir con ellas las inhóspitas aventuras que supone tener un bebé de semanas, de meses, de años…

Ser madre me hizo poderosa ya que trajo consigo a una tribu de «mujeres madre» que hizo de red salvavidas en los múltiples momentos en los que creí caerme de la cuerda floja que supone tener un hijo.

Ser madre me hizo fuerte porque ser madre es un viaje indescriptible. Un subidón y muchas veces un bajón también, pero una maravilla de viaje, al fin y al cabo.

 Ser madre me dio la autoridad de creer (al menos un 85% del tiempo) que era la mejor madre para mis hijos. Ser madre me llenó de conocimiento que no sabía antes, un aprendizaje continuo en el que cada día aprendí (y sigo aprendiendo 9 años después) un montón de cosas nuevas (y algunas inimaginables) Dolores, alegrías… y muchas muchas noches sin dormir.

Entonces, yo me pregunto, si tal y cómo vemos en la definición de empoderar y en lo que representa la maternidad ser madre es de por sí ser una mujer empoderada.

 ¿Por qué muchas mujeres-madre sienten que no son lo bastante valiosas en esta sociedad? ¿Por qué en esta época en que la maternidad se vive en la mayoría de los casos en soledad, con todo lo que ello comporta, no damos un mayor crédito a las mujeres-madre? ¿Por qué una mujer empoderada tiene que ser algo más allá del propio hecho de ser mujer madre?

Puede que sea tan sólo un malentendido, e igual simplemente no entendemos bien lo qué significa realmente ser una “mujer empoderada’.

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