Los niños son muy inquietos y dentro de su proceso de exploración es muy normal que se presenten frecuentes caídas que entre ellas puedan afectar o lesionar a los bebés, los dientes de leche suelen ser los más afectados ante un golpe esporádico, lo que se preguntan muchos padres es que se debe hacer ante esta situación, en este post explicaremos los pasos a seguir.
Los dientes de leche al presentar una lesión no tienen ninguna repercusión importante, lo que más puede afectar son las encías y la dentición que va a hacer definitiva. Por esta razón es necesario saber cómo actuar en momentos de urgencia.
¿Qué debo saber?
Existen diferentes traumatismos que pueden afectar y traer consecuencias como una fractura del diente, también una subluxación que deja el diente ligeramente móvil, pero sigue en su lugar, este puede causar sangrado en la encía y mucho dolor.
La luxación, que es cuando el diente se cae, una avulsión que se caracteriza cuando el diente se sale por completo o ha sufrido un desplazamiento y la intrusión cuando el golpe genera un hundimiento del diente hacia dentro de la encía
En estos casos, siempre se debe acudir de urgencia al dentista por lo menos antes de una hora, para determinar la gravedad del golpe, conocer el diagnóstico del diente afectado y contar con el tratamiento adecuado.
El dentista determinará la gravedad de la afección, si causó lesiones en los tejidos blandos, por medio de una radiografía intra oral para la obtención del diagnóstico correspondiente y un registro fotográfico para determinar cambios futuros en el diente.
Es importante asegurar la realización de estos pasos y tener claridad del tratamiento a seguir, se debe pedir información de las complicaciones que pueden aparecer y de la sintomatología que presentará el niño durante el proceso de recuperación.
De igual manera se debe contar con la información precisa del número de citas en las que se debe asistir para tener un control en el mejoramiento del traumatismo, es necesario la realización de una nueva radiografía y fotografía que permita ver los cambios presentados y la mejoría ante el tratamiento, este control por lo general se debe realizar una vez al mes.
Seguramente las recomendaciones dadas por el dentista serán mantener una buena higiene de la boca del niño realizando enjuagues frecuentes con suero salino. El uso de analgésicos para el dolor o antibióticos solo si se requiere, de igual manera si hay herida, la aplicación de antisépticos será fundamental. La consistencia de los alimentos dados debe ser blandos y no deben contener azúcar ni ácido.