Aunque nuestro sentido común nos indique que deberíamos agregar un abrigo más a nuestro bebe durante los días fríos, es posible que no sea la mejor decisión, ya que los bebes tardan algunos meses en regular su temperatura como lo hacemos los adultos. Los recién nacidos pueden rápidamente ganar o perder temperatura, provocando un consumo excesivo de calorías para mantener calor o deshidratación al llevar demasiado abrigo.
¿Pero cómo podemos mantener a nuestro bebe cómodo y sin pasar frío?
Lo ideal es cubrirlo con ropa que permita transpirar, de fibras naturales como el algodón. Aplicar capas ligeras que se puedan retirar en caso de ser necesario, esto es particularmente útil cuando estaremos en ambientes fríos al exterior y posteriormente en lugares cubiertos y cálidos. Como regla general puedes aplicar una capa más de las que llevas tú como adulto.
Considera el movimiento como parte de la ecuación para tomar la decisión de abrigar más o menos a tu pequeño. Cuando los niños comienzan a moverse es normal que su temperatura corporal incremente y quieran quitarse el abrigo. En cambio, los pequeños que aún no gatean o caminan podrían experimentar mayor frío, es importante considerar este factor al vestir a nuestros niños.
Abrigar en exceso puede también derivar en lo que conocemos como síndrome de muerte súbita del lactante, esto ocurre cuando un menor de 1 año fallece de manera inesperada y repentina, y una de las causas comunes es el sobrecalentamiento. Los pequeños que aún no controlan los movimientos pueden padecer asfixia debido a la cantidad de ropa que llevan. Cubrir su cara y manos con una cobija puede causar asfixia igualmente.
Un dato también interesante es que no debemos sentar a nuestro peque en la silla de coche con un abrigo grueso o de tela resbalosa, la razón es que en un accidente este puede provocar que el peque se deslice fuera de la silla. También puede suceder que debido al volumen del abrigo no se ajusten correctamente las tiras sujetadoras.
Como puedes ver, mantener a tu pequeño libre de frío puede ser todo un reto, especialmente durante los primeros meses de vida. La clave es encontrar el balance, las prendas adecuadas, y tomar en cuenta la edad y actividades de tu pequeño. Es crucial no exagerar, y tener la opción de retirar prendas para regular poco a poco la temperatura corporal.
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