El apego seguro es considerado como el vínculo afectivo que se establece en el espacio/tiempo entre el bebé y el cuidador, fomentado en edades tempranas. Surge de manera natural como un sentido de protección de parte de los cuidadores y se fortalece según la manera en cómo se tiene contacto con el bebé. Este vínculo influye en la manera en cómo el niño se desarrolla mental, física, emocional, social e intelectualmente.
¿Desde y hasta qué edad se debe fomentar el apego seguro?
Desde el nacimiento y hasta los 24 meses es el tiempo más importante para establecer el apego seguro. Las experiencias que se viven en esta etapa, ayudan a establecer vínculos sanos con las demás personas, captando los valores que se infunden para sí mismo y reflejándolos cuando sea más grande. Estos valores se basan en el respeto, el amor y la amistad sincera. Esta expresión física es la que capta el bebé, comprendiendo que, si necesita amor y lo recibe, es una parte importante de la familia.
La clave es poder ser capaces de tener un intercambio emocional no verbal de tal manera que, cuando el bebé exprese sus necesidades, lo haga de manera equilibrada con la confianza de que sus padres estarán para ellos. Es aquí donde se eliminan los caprichos, llantos de sobre consentimiento, porque hay una conexión real mutua. Los bebés que se sienten desconectados emocionalmente de sus cuidadores se sienten inseguros, su comportamiento cambia y piden más cuidado de lo normal.
Maneras de promover el apego seguro:
Es importante que se tengan en cuenta algunos aspectos importantes:
-Enfocarse en el momento real: es en ese momento cuando sin palabras, el cuidador debe responder a la emoción presentada por el bebé para generar conexión. Por ejemplo: si está feliz, responder con la misma emoción; si está triste, abrazarlo y darle amor. Lo más importante es dar una respuesta inmediata a lo que requiere emocionalmente
Expresión facial: en nuestros gestos el bebé puede percibir muchas emociones, la idea es ser consiente de cómo nos expresamos con ellos y qué emoción o sentimiento se le quiere transmitir. Si la expresión facial es tranquila y relajada, el bebé también se sentirá tranquilo y relajado.
-Manejo de tonos de voz: las acentuaciones permiten que el bebé logre identificar la intención con la que se expresan hacia él. Por eso, el aprender a modular las tonalidades de voz al comunicarse con el bebé es parte fundamental del estímulo y de cómo el bebé lo asimile para ir comprendiendo los diferentes estados de ánimo del cuidador.
-Amamantar al bebé: ésta es una conexión única y directa que fomenta el apego, no solo para darle bienestar al pequeño, sino que además le genera beneficios a la madre, ya que durante la lactancia materna el cuerpo de la madre expulsa hormonas que relajan y aumentan el sentimiento de amor y cuidado hacia su hijo.
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