Actualmente, persisten algunos mitos sobre los niños con síndrome de Down que han distorsionado la manera en cómo se les debe educar y generar procesos adecuados que les estimulen. Para esclarecer todo esto, empezaremos explicando qué es el síndrome de Down.
¿Qué es el síndrome de Down?
Aunque muchos lo consideran una enfermedad, lo cierto es que no es así: es una alteración genética causada por un cromosoma extra en el par 21. Es decir, los niños con síndrome de Down tienen 3 cromosomas en el par 21, cuando lo normal son dos, resultando un total de 47, habida cuenta de que son 23 pares; con lo cual, lo común serían, a saber, 46 cromosomas. De aquí que este síndrome también sea conocido como trisomía 21.
A su vez, este material genético de más, produce irregularidades en el desarrollo funcional de los niños, tanto en lo relativo a lo físico, como en el terreno de lo cognitivo. Estas variaciones se pueden caracterizar, evidenciar, en los aspectos que apuntaremos a continuación:
Características de un niño con síndrome de Down
Respecto a las características de un niño con síndrome de Down, las cuales se agruparán en 4 categorías para que sea más ilustrativo: físicas, cognitivas, perceptivas y motrices.
- Físicas: por lo general, aquellos que padecen esta alteración genética, suelen tener los ojos rasgados hacia arriba, el cuello corto, las orejas pequeñas, al igual que las manos y los pies, manchas blancas y pequeñas en el iris del ojo, un solo pliegue en la palma de la mano, tendencia a que la lengua se les salga de la boca, un tono muscular débil, una estatura baja tanto en la niñez como en la adultez y los dedos meñiques pequeños, en algunos casos encorvados hacia el pulgar (clinodactilia).
- Cognitivas: en relación al desarrollo cognitivo, tienen dificultades en la abstracción y conceptualización durante el aprendizaje. Además, presentan dificultades en la toma de decisiones adecuadas y coherentes, en la planificación de estrategias para la resolución de conflictos y en el cálculo mental. Muestran lentitud en el procesamiento y codificación de información, desorientación espacial y temporal, discapacidad intelectual variable y déficit de atención.
- Perceptivas: a su vez, y respecto a los estímulos sensoriales y sensitivos, procesan con mayor facilidad la información visual que la auditiva.
- Motrices: en lo relativo a la motricidad y el movimiento, poseen debilidad muscular (hipotonía), problemas de coordinación y laxitud de ligamentos.
Causas
No existe una causa exacta que explique por qué sucede esta alteración genética, pero sí existen estudios que han demostrado que la edad de la madre puede ser un factor determinante para que esto suceda, sobre todo si la madre concibe al niño después de los 35 años.
Necesidades de los niños con síndrome de Down
En los primeros años de vida del niño con síndrome de Down, el entorno en el que crece es una parte fundamental en su desarrollo integral, lo que hace que sea importante el exponerles a diferentes estímulos en los que pueda enfocar su atención, como, por ejemplo, aquellos en los que se activen sus sentidos, como la manipulación de objetos, la pintura o el contacto con objetos texturizados.
Algunos de los elementos más importantes, y a tener en cuenta, son el refuerzo del apego seguro y el juego compartido, ya que la socialización constante le ayudará, al niño, a ganar seguridad y mayor autonomía. Respecto al juego, deben estar con niños de su misma edad, ya tengan o no discapacidad, puesto que de esta forma se fomenta el aprendizaje social y colaborativo, lo que le ayudará a desarrollar habilidades sociales.
En un próximo post te hablaremos sobre las afecciones principales que padecen los niños con síndrome de Down y qué otras áreas cerebrales importantes de deben estimular.
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