Sabemos que a los pequeños les encanta dibujar y que los colores forman parte fundamental de su proceso de aprendizaje en el colegio, sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar cómo los colores impactan la vida de nuestros hijos y cómo podemos influir en su estado de ánimo o de conductas aplicando la psicología del color.
¿Te unes a conocer más de este tema?
Primero es necesario conocer qué es la sicología del color. El cerebro procesa los colores y los asocia con distintas emociones, estado de ánimo o conductas, por consiguiente, conocer el significado de ellos puede ayudarnos a mejorar ciertos aspectos del comportamiento de nuestros hijos.
Los colores que elijamos para los muebles, habitaciones e incluso la ropa de nuestros hijos, pueden generar en ellos distintas reacciones, así que, si tienes un niño tímido o inquieto, uno curioso, uno imaginativo o uno muy nervioso, puedes estimularlos de maneras muy positivas cambiando las paletas de colores a las que están expuestos normalmente.
Colores y su significado:
El blanco es el favorito de muchos padres a la hora de pintar las habitaciones de los más pequeños. Es un color que genera calma, tranquilidad y paz. Transmite y exacerba la creatividad al imprimir tanto orden visual. Así que si necesitas que tu hijo sea un poco más creativo un gran lienzo en blanco le abre un sin número de posibilidades.
El rojo si bien aporta energía y vitalidad, hay que saber balancear porque en ciertos niños aumenta la agresividad y la intranquilidad. Si tu hijo suele hacer muchas rabietas, evita este color en su habitación.
El amarillo no solo brinda luz, energía y vitalidad sino también aporta mucho optimismo. Es un color idóneo para niños melancólicos, nostálgicos o contemplativos porque les brinda un subidón de energía y de felicidad. Si han sufrido una pérdida cercana, se mudaron de ciudad, falleció un abuelito o el niño ha pasado por un período de tristezas, el amarillo puede ayudarlo a ver todo más bonito y positivo.
El azul es sin duda de los colores favoritos de los sicólogos que trabajan con niños por los efectos que genera en los más pequeños. Transmite serenidad y paz. Ayuda a dormir mejor a aquellos niños intranquilos. Sin embargo, hay que dosificar muy bien en niños excesivamente calmados porque puede provocarles muchísima somnolencia o aletargamiento.
El violeta por su parte mezcla lo mejor de dos mundos, la energía del rojo, con la serenidad del azul, haciendo un balance perfecto para sacar esas cualidades del niño.
El naranja también es una gran opción, mezcla lo potente y optimista del amarillo con la vitalidad del rojo, a su vez potencia la comunicación y es perfecto para niños tímidos o penosos al hablar.
Vigila también cómo usa los colores tu hijo al dibujar, si utiliza los colores exactos y no permite equivocaciones, podrías tener un niño perfeccionista y un poco inflexible. Si en cambio se va por paletas de colores reducidos o siempre usan los mismos tonos podrían ser niños tímidos que temen salir de su zona de confort.
Utiliza los colores en el día a día y crea espacios de tranquilidad y bienestar para tus pequeños aplicando estos tips.
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