Una etapa bastante compleja para los padres pues a veces suele ser difícil poder superar la resistencia que ponen los niños a las cosas que se les dice.
¿Por qué responden que no a todo? ¿Cuál es la razón?
A los 15 meses, los bebés entran en un proceso de búsqueda de independencia dentro de sus interacciones, sin que el papá y la mamá se separe de ellos (un comportamiento bastante contradictorio) Suele ser manifestado de forma natural conforme a la necesidad que tiene su cerebro de desarrollarse adecuadamente.
Algunos padres pueden asociar este comportamiento como caprichoso o de querer llevar la contraria. La realidad es que, en medio de sus experimentos sociales, quieren provocar situaciones para satisfacer su curiosidad y ver qué sucede. Dentro de este proceso de desarrollo, el niño está formando su carácter y forjándose como ser social e independiente, sin dejar de recibir esa protección de sus padres para sentirse seguro y capaz. A esta edad muchas veces usan el “No” como medio para ver si sus padres acceden a sus peticiones.
Las negativas de un niño, aunque molestas, se presentan porque empieza a tomar conciencia de sí mismo como persona individual en todas las áreas de su vida. Además, tiene la necesidad de oponerse a todo lo que se le diga. Parte del proceso es que su negación siga un curso natural para que, con el tiempo, desaparezca.
Se debe tener presente que cuando el pequeño se niegue a realizar alguna acción, no es porque este retando a sus padres, es básicamente una forma de buscar posicionamiento de sí mismo en su territorio, lograr autoconfianza y seguridad de quien es él y de lo que quiere.
Para sobrellevar esta etapa y que el niño pueda superarla adecuadamente, es importante establecer unas normas que conlleven a la adquisición de hábitos, logrando un equilibrio ante el poder de decisión del niño y de las normas que debe cumplir.
Ante todo, hay que dejar que exprese su enojo de algo que no le guste, explicándole lo que está pasando y por qué reacciona de esa manera. Enseñándole siempre que es necesario que obedezca y que debe hacer lo que se le está pidiendo.
No se le debe reprimir al niño a que diga “No”, pero si se le debe enseñar a usarlo de forma adecuada para que asuma el hecho de que no se le puede dar todo inmediatamente, pero que se entiende lo que quiere y para que lo quiere. De esa forma, el niño se sentirá comprendido y escuchado, asimilando que hay autoridad en casa y que hay normas que se deben cumplir, donde sus peticiones no van por encima de lo que dicen sus padres.
Enseñarle diferentes formas de responder es clave cuando manifieste algún ataque de rebeldía, para que vaya aprendiendo otra forma de comunicarse y de expresar lo que necesita. Este procedimiento ayudará a reorientar su conducta.