A mi bebé no le gustan que le toquen

A mi bebé no le gustan que le toquen

Como padres y madres establecemos un vínculo irremplazable durante los primeros meses de vida de nuestros hijos, y lo ligamos fuertemente al contacto físico, los besos, abrazos y mimos son nuestras principales herramientas.

¿Pero qué sucede cuando a un pequeño no le gusta el contacto físico? Será que hay algo mal, es el primer pensamiento que viene a nuestra mente. Hasta qué punto puede ser un signo de trastorno del desarrollo o simplemente parte de su temperamento.

Por alguna extraña razón los adultos creemos que todos los bebes se comportan de la misma forma, que aprenden a caminar a la misma edad, y que les debe gustar o disgustar lo mismo. Pero esto no podría estar más alejado de la realidad. Cada bebe es único, tendrá preferencia por ciertos juegos, alimentos, e incluso cariños.


El motivo por el cual a un bebe no le gusta que lo toquen puede estar ligado a su temperamento. Podemos definir el temperamento como una tendencia del individuo a reaccionar de una determinada forma ante su ambiente. Y un ejemplo puede ser el rechazo al contacto físico, recordemos que el temperamento es innato e independiente del aprendizaje, esto quiere decir que biológicamente tu bebe puede encontrarse predispuesto a no aceptar el contacto físico, aunque sus padres sean cariñosos e inculquen el contacto físico como una forma de afecto.

El rechazo al contacto físico puede presentarse por razones de desarrollo, cuando los bebes comienzan a buscar independencia. Esto sucede entre los tres y los seis años, cuando por razones evolutivas demuestran su autonomía rechazando el afecto físico.

La falta de interacción física con los padres durante los primeros meses de vida puede también determinar la poca tolerancia a muestras de cariño físicas como lo son los abrazos. Y esto se puede deber al temperamento de los padres, que muchas veces no acostumbran a demostrar afecto mediante el contacto. Lo anterior no implica que seamos malos padres, sino que es como lo mencionábamos antes, un factor biológico que determina nuestro comportamiento.

Y es importante mencionar que el rechazo al contacto físico puede tener causas emocionales, como los celos debido a la llegada de un nuevo integrante a la familia o la búsqueda de atención por parte de los padres. En estos casos el comportamiento suele ser transitorio y se resuelve dando espacios exclusivos de atención al pequeño.

Finalmente es importante que tengamos en cuenta que cada niño es único, sus necesidades y la forma en la que expresa y recibe cariño pueden ser diferentes a nuestras expectativas. Lo que debemos mantener en cuenta siempre es que, aunque nuestro hijo sea pequeño debemos respetar sus deseos y ser comprensivos respecto al rechazo que manifiestan.

Obligar a un niño a demostrar afecto mediante abrazos y besos no es la respuesta. Tampoco se recomienda utilizar el chantaje emocional o condicionar el amor en función de las muestras físicas de cariño. Como padres debemos ser los primeros en aceptar que nuestro pequeño prefiere otras formas de reconocimiento y cariño. Podemos utilizar las palabras, sonrisas, y elogios como una forma de hacerle saber lo importante y querido que es.

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