Existen bebés muy tranquilos que pueden estar sin problema sentados largo tiempo en su silla de paseo y sin pedir que los saquen de allí, pero existen otros niños que les molesta la silla de paseo y que lloran cuando se ven sentados en ella, esperando que sus padres los cojan en brazos de inmediato.
Se debe analizar la causa del porque el bebé está presentando esa molestia, tal vez en alguna ocasión sucedió algún evento fortuito que hizo que el bebé perdiera el gusto a su silla de paseo o simplemente le gusta estar más en brazos de mamá y papá. Este tipo de comportamientos suelen presentarse más por necesidades emocionales que requieren ser atendidas.
Si el bebé llora es porque posiblemente se siente solo y piensa que sus padres lo van a dejar o abandonar, siendo este un estado inconsciente del pequeño, por esta razón, la paciencia es algo que se debe desarrollar, comprendiéndolo sin desesperarse.
Si es muy consentido y le gusta estar en brazos todo el tiempo, la idea es empezar a ayudarlo a hacer poco a poco más autónomo, darle más independencia en las cosas que realiza, que puede desenvolverse solito, sintiendo que su mamá y papá estarán cerca de él, de igual manera es mejor que los padres autoevalúen las causas del comportamiento para sí mismo poder dar solución.
Mientras se va familiarizando con la silla de paseo, lo que se recomienda es empezar a relacionar al bebé poco a poco con la silla por medio de juegos dentro de la casa donde se involucre papá y mamá.
Se le puede hablar para que vaya comprendiendo que ir en la silla es divertido y que sus papás siempre lo cuidarán, no se debe olvidar, que las palabras tienen un gran efecto en su comportamiento y que pueden darle mucha seguridad.
También se le puede colocar juguetes dentro de la silla de paseo, para que los coja y los entregue, será una buena forma para que el bebé interactúe, cuando tenga mucha más confianza, se puede subir lentamente mientras se sigue jugando o se le canta una canción, después de unos segundos, se retira mientras se carga en brazos de nuevo. Repitiendo estas recomendaciones con perseverancia y constancia, se logrará que el bebé se suba a la silla sin llorar.
Después de conseguir subir al bebé a la silla, se deben hacer recorridos cortos, colocando la sillita hacia adelante para que pueda ver el entorno y todo lo que sucede, se debe parar por periodos de tiempo para que descanse de la silla y luego seguir el recorrido.
Darle un trozo de pan o su juguete favorito mientras anda, le dará tranquilidad y lo mantendrá distraído.