En la mayoría de los casos, es preferible que los bebés se nutran a través del pecho de su madre, pero no todas las madres pueden permitirse darles pecho a sus bebés, por lo que el biberón es la única opción.
Puede que desde el inicio hayas tomado la decisión de alimentar a tu pequeño con biberón, y este lo rechazó, o quizá de repente tu bebé no quiere el biberón después de haberlo tomado sin problema alguno. Sea cual sea tu caso, aquí encontraras las razones por las que puede estar sucediendo, y, sobre todo, cómo afrontarlo de la mejor manera.
¿Es la leche o el biberón el problema?
Si apenas has comenzado a intentar darle biberón a tu pequeño, puede que no le agrade la temperatura de la leche, puesto que a cada bebé le agrada una temperatura diferente, así que deberás experimentar con distintas temperaturas de la leche. La marca de la leche también puede ser el problema, pues puede que el sabor o textura no le agrade a tu bebé, y con solo cambiar de marca puedes solucionar este problema.
Por otro lado, es posible que el biberón no le agrade, ya sea por la forma o textura, o quizá el orificio por donde sale la leche no es lo suficientemente grande. Intenta revisar los biberones que utilizas y ve si hay algo mal con ellos, comprar nuevos puede ser la solución.
Ahora, si tu bebé ya había tomado biberón anteriormente y no lo había rechazado, pero ahora de repente no lo quiere, puede ser que el problema sea reciente. Piensa si cambiaste la leche que empleabas o si compraste nuevos biberones o si algo ha cambiado, puede que algo no le haya gustado del todo.
También, si tu bebé ha comenzado a ingerir otros alimentos, puede que simplemente esté más lleno que de costumbre o le agraden más estos nuevos alimentos, por lo que habrá que planear sus comidas y porciones de mejor manera
¿Y si el problema es mi bebé?
Por último, cabe la posibilidad de que sea tu bebé el que está atravesando algo que haga que rechace el biberón, y aquí pueden ser un gran número de motivos, por lo que es mejor primero descartar todas las razones anteriores. Primeramente, puede que tu bebé esté enfermo, nada grave, pero que lo irrita y hace que no quiera comer igual que antes.
También puede que le hayas dado pecho antes y ahora no quiera el biberón, por lo que serán un par de semanas de transición, donde puedes ir introduciendo el biberón después de amamantarlo y que se vaya acostumbrando poco a poco. Normalmente, se adaptan en unas dos semanas.
Otras soluciones que puedes intentar son experimentar con varias posiciones al alimentarlo, viendo cuál le es más cómoda, o tal vez distraerlo con algo más mientras introduces poco a poco el biberón. Finalmente, deberías intentar darle biberón al primer momento que tenga hambre, pues cuando los bebés ya tienen mucha hambre, se pueden volver irritables y quisquillosos con la comida.
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