Si te gusta nadar y disfrutas de todos aquellos espacios acuáticos como son las piscinas o el mar, seguro que alguna vez te has planteado llevar a tu bebé contigo. Todos sabemos que la natación tiene varias ventajas, pero ¿es segura para los bebés? ¿Puede un bebé aprender a nadar? En este artículo te explicaremos cuándo pueden empezar a nadar los bebés, cómo debes introducirlos en el agua y qué precauciones debes tomar antes de dar este paso.
¿Cuándo introducir a tu bebé en el agua?
Introducir a un bebé de menos de dos meses en el agua puede ser un tanto peligroso, así que, si acabas de dar a luz, lo más recomendables es esperar un tiempo antes de dar el paso. Howard Reinstein, pediatra de Encino (California) y portavoz de la Academia Americana de Podología, señala que “En el caso de los recién nacidos, nos preocupa mucho la inmunidad -lo vulnerables que son los bebés a las enfermedades-, así que recomiendo a los padres que no lleven a sus bebés a piscinas, lagos, océanos, etc.”
Dicho esto, debido al contenido químico y a los peligros asociados a la mayoría de piscinas, lo aconsejable es que el bebé tenga al menos 6 meses antes de llevarlo a alguno de estos sitios.
Entonces, ¿por qué debería llevar a mi bebé a la piscina?
El agua es el espacio preferido de los bebés. Nadar con tu hijo es muy beneficioso, tanto para ti como para él. Estar en el agua caliente no es nada nuevo para tu bebé, ya que mientras se desarrollaba en tu vientre, ya estaba en un espacio similar, en este caso el “agua” era el líquido amniótico, que envolvía, protegía e, incluso, nutría a tu bebé. Por lo que, meterse en una piscina no será una experiencia para nada extraña y ajena para tu bebé.
El sonido, los colores, el tacto y la temperatura de la piscina, también estimularán los sentidos de tu bebé. También es importante, y muy esperado por la mayoría de padres, ver la respuesta y reacción del bebé al entrar en contacto con el agua. Nadar y chapotear con tu hijo será muy divertido y, además, una forma fantástica de establecer un vínculo.
Precauciones
Algunos peligros para los recién nacidos y los niños pequeños que hay que tener en cuenta son:
- Los bebés pueden ahogarse en tan sólo 5 cm de agua.
- Nunca, nunca, dejes a los niños pequeños sin supervisión cerca del agua.
- Es una buena idea estudiar la reanimación infantil antes de llevar a tu bebé a nadar. Es algo que puedes aprender haciendo un curso de primeros auxilios.
- También es fundamental tener precaución al utilizar instrumentos de flotación, como los aros de goma, que pueden darse la vuelta y hacer que la cabeza del bebé se sumerja en el agua.
- Los bebés pueden enfermar a causa de los gérmenes o virus presentes en el agua contaminada. Procura que no beban agua.
- Si tienen diarrea, usa pañales de natación y no los lleves a nadar.
- Si te bañas en el exterior, asegúrate de que tu hijo lleve ropa de protección solar que filtre la radiación ultravioleta.
Protección en el mar o en el océano
Nadar en el mar o en el océano puede ser arriesgado, así que toma precauciones para mantener a tu hijo a salvo. La Academia de Pediatría desaconseja nadar en aguas muy frías o con mucha corriente o flujo, ya que tanto tú como tu bebé podéis ser arrastrados por el agua. Por ello, colocar a tu hijo un chaleco salvavidas, o algo similar, es algo muy recomendable. Puede llegar a ser difícil sostener a un recién nacido que se menea y, al mismo tiempo, nadar, por lo que también hay que vigilar con la profundidad de las aguas, sobre todo en el mar.
Puede parecer un número excesivo de precauciones, pero seguir los principios y consejos descritos anteriormente te ayudarán a mantener a tu bebé a salvo mientras disfrutas de un precioso día de playa: un clima cálido y la diversión de la natación con tu pequeño.
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