Los cólicos en bebés o del lactante como suele llamarse, es una de las razones por los que muchos padres consultan al pediatra y más en los primeros meses de vida.
La forma de identificar si los bebés presentan cólicos, es por la manifestación de llanto constante e irritabilidad, estos síntomas suelen aparecer, regularmente al caer la tarde o en la noche, teniendo como duración algunas horas.
Si los bebés en el transcurso del día se comportan normal, pero de un momento a otro lloran aparentemente sin ninguna razón, lo más posible es que tengan cólicos.
En ese momento los niños toman una postura de recogimiento, flexionando las piernas sobre el estómago, el cuerpo lo mantienen tenso, su cara se enrojece, mientras los puños están bien apretados.
Estos cólicos, aunque difíciles para los bebés, hacen parte del desarrollo normal de los lactantes, por lo que no debe ser un causante de preocupación ya que no interfiere en el adecuado crecimiento y desarrollo de los niños.
Estudios realizados se basan más en la posibilidad de un posible desequilibrio en la flora intestinal que hace a los bebés mucho más sensibles. Se cree que estos cólicos también pueden ser causados por la inmadurez fisiológica, descartándolos ante todo como una enfermedad, más bien considerándolos como una etapa normal dentro de su proceso madurativo y adaptativo.
Según las recomendaciones de los pediatras, si se está amamantando, lo mejor es suprimir algunos alimentos que pueden generar mayor sensibilidad al bebé, las harinas, huevos, cafeína, chocolate y nueces.
De igual manera se deben tomar algunas determinaciones, por ejemplo si toman leche artificial y presentan malestar, lo mejor es cambiar el tipo de leche que puede ser la causante, lo que se recomienda consultar previamente al pediatra.
También existen medios para que los padres intervengan inmediatamente cuando el niño presente síntomas de cólicos.
Los masajes son muy efectivos para calmar el dolor, se puede iniciar colocándolos en una posición adecuada y firme, con la palma de la mano en el estómago, se realizarán círculos en dirección a las manecillas del reloj entre el ombligo y la cadera, después, con las dos palmas de la mano ubicadas de bajo de las costillas, se irá hasta debajo del ombligo con presión ligera y alternando las manos. Estos simples masajes aliviaran a los bebés de forma inmediata, tranquilizándolos.
Calentar el abdomen también es una forma de aliviar el dolor, puede ser con las palmas de las manos de la madre, colocándolas sobre el estómago por unos minutos, luego para mantener el calor, se puede poner un cobertor en el estómago, se debe tomar de las piernas de forma suave, llevándolas al abdomen comprimiéndolo suavemente con los muslos, regresando las piernas a su posición inicial. Este ejercicio se debe realizar por lo menos por un minuto.
Lo más importante en esta etapa es mantener la calma y tener mucha paciencia, pues estos síntomas suelen pasar aproximadamente dentro de los 3 a 4 meses de edad.