El sueño es una base fundamental para el desarrollo del bebé y se requiere adquirir buenos hábitos desde temprana edad, muchos padres prefieren que el pequeño duerma con ellos, este acto se le denomina colecho, según los pediatras de atención primaria de Madrid España, se ha comprobado que el colecho puede ser beneficioso para el vínculo del bebé con los padres, aunque también puede ser riesgoso para el niño.
La asociación española de pediatría, como también el comité de lactancia materna apoya esta práctica siempre y cuando no pase de los 6 meses, tomando las precauciones necesarias para reducir la posibilidad de muerte súbita.
Esta práctica ayuda a fomentar la lactancia materna, siendo de fácil acceso para la madre amamantarlo en el momento que se requiera, además estudios demuestran que el dormir cerca a los padres previene la aparición del estrés y el miedo, puesto que adquieren menos nivel de cortisol, la hormona del estrés.
Aumenta el nivel cognitivo, logrando tener mayor rendimiento escolar, siendo también más equilibrado emocionalmente, con mayor seguridad en sí mismo, más tolerante a la frustración, con mayor autocontrol y autoestima, en comparación a los que duermen desde que nacen en una habitación aparte.
Esta práctica, si se hace por más tiempo de los 6 meses, puede generar dependencia y poca autonomía, se le dificultará la posibilidad de dormir solo en la edad adulta, desarrollando problemas de sueño, además de interferir en la relación e intimidad de los padres.
Es necesario que durante esta práctica, los bebés duerman en superficies firmes, limpias sin almohadas y sin muñecos para evitar la posibilidad de asfixia, al igual debe dormir siempre boca arriba, no deben dormir toda la noche en sofás y no se le debe cubrir la cabeza para que no se le dificulte la respiración.
La habitación donde duerma, debe estar a temperatura ambiente, no muy caliente, si duerme en la misma cama con los padres, es mejor garantizar que la cama sea demasiado espaciosa para no correr riesgos y lastimar al bebé mientras duerme.
A los seis meses los padres deben darle un espacio al bebé, lo más posible es que se sienta desprotegido, por lo que se debe ir relacionando poco a poco con su cama y habitación, la mama debe irse de allí solo hasta que se duerma, pues no será fácil para el despegarse de los padres de la noche a la mañana.
La música clásica y estar en brazos de mamá antes de acostarlo lo ayudará a relajarse, escuchar su voz y palabras suaves mientras lo duerme hará que no se sienta solo si no que se sienta protegido y seguro.
El contacto físico con el bebé se puede hacer durante el día con juegos y actividades que promuevan el amor de la madre a su bebé, esto hace que no necesite en la noche estar en cama con sus padres, la idea será remplazar lo que el bebé siente en la noche al estar cerca de su madre por un día lleno de cercanía y atención.
Durante la lactancia lo más común es que se quiera tener al pequeño a la mano, además del querer tenerlo cerca todo el tiempo, él, al sentirse cerca de la madre dormirá mucho más tranquilo, aun cuando no puede dormir, ponerlo en medio de los papás, será una rápida solución para que se tranquilice y duerma tranquilo.
A pesar de las ventajas que puede tener el colecho, es necesario entender que si se prolonga por más tiempo generará dependencia, el contacto físico día y noche lo perjudicará y hará que no tenga un buen proceso de separación, aumentando el riesgo de que sea poco independiente, tímido, con baja autoestima y falta de decisión.