Sabemos que nada luce más que una piel bronceada, dorada y rozagante que te haga ver como una celebridad recién llegada de un destino paradisíaco, sin embargo hay ciertos cuidados que debemos seguir, entre ellos la exfoliación.
Seguro en este momento quieres parar de leer y piensas que es ilógico decirte que pases por tu piel un exfoliante, seguro dudarás si eso permitirá mantener el tono que has alcanzado. Pero, ¡estás equivocada! una de las formas de mantener ese tono es eliminando la piel muerta que se acumula, impidiendo que el color se haga más evidente.
Al exfoliar mejoras la fineza del poro, otorgando brillo, reparas el daño solar, las manchas y promueves la formación de colágeno, pero esto debes hacerlo con cuidado con productos adecuados y que sean ligeros, no quieres causar daño o irritaciones con cremas o fórmulas muy fuertes.
Dicho esto, el primer paso es identificar tu tipo de piel, y cómo quedó después de la sesión de sol.
No es lo mismo hidratar y exfoliar una piel grasa, una seca, una mixta o una hiper sensible. Exfoliar es a su vez mejorar la textura de tu piel, mantener la producción de células y regenerar los tejidos. Si tu piel es grasa puedes utilizar un scrub con ácido cítrico o un peeling AHA con distintos ácidos. Si es sensible, procura que el exfoliante tenga partículas finas, no tan gruesas, que arrastren las células sin tanta agresividad.
En ambos escenarios la hidratación después del exfoliante es mandatorio.
Las mascarillas que se recomiendan son las que contienen componentes regenerantes, con aceites nutritivos, factor de crecimiento epidérmico, la baba de caracol, argireline o las que tienen en sus ingredientes minerales como el silicio, oro, perla o con colágeno, ácido hialurónico. Es importante nutrir muy bien la piel, que absorba esos componentes a profundidad.
Si has quedado manchada, con la piel sensible o muy estresada, la visita al dermatólogo se hace imprescindible, así como la ida a la estética a aplicar tratamientos más fuertes y dedicados a la piel. Desde peelings, aplicación de retinol o ácido glicólico, tratamientos con láser o mascarillas nutritivas, serán los expertos quienes te indiquen los pasos a seguir. De nada sirve el bronceado si la piel se ve resentida y no saludable.
No olvides el cuero cabelludo, es una zona importante que suele descuidarse. Utiliza tratamientos hidratantes, aceites preciosos como Marula, Coco, Argán.
Para la piel puedes asistirte con scrubs caseros, guantes de crin, loofas, esponjas. Repite los pasos cada tres días o una vez a la semana dependiendo tu tipo de piel, aplica cremas hidratantes o aceites con la piel aún húmeda y mantén la hidratación ingiriendo muchísima agua. Incrementa la ingesta de vitamina C, colágeno, ácido hialurónico y fórmulas farmacéuticas o de herbolario que coadyuven a la regeneración celular y a la nutrición de la piel.