Los piojos son unos diminutos parásitos que dependen de un humano (huésped) para cumplir su ciclo de vida: se alimentan de su sangre y permanecen en el mismo sitio depositando huevecillos. Comúnmente, se alojan en el cuero cabelludo, pero también pueden encontrarse en las pestañas y las cejas.
¿Qué es la pediculosis?
La pediculosis es la infestación de piojos, y requiere tratamiento. Existen muchos mitos alrededor de la pediculosis, por eso es importante aclarar que los piojos no eligen alojarse en personas con poca higiene o de clase social baja. El contacto cercano con una persona que tiene piojos o con algún objeto de su pertenencia que esté en contacto con su cabeza, como peines, cepillos o sombreros, puede causar la infestación.
La pediculosis y los niños
Los niños en edad escolar, es decir, entre 3 y 11 años, son más susceptibles a la infestación debido al contacto cercano que mantienen con sus compañeros; sin embargo, los adultos también corren el riesgo de infestarse en mayor proporción que los niños.
Tratamientos: químicos y naturales
Los tratamientos pediculicidas químicos son los más eficaces para eliminar piojos y liendres (huevecillos). La clave se encuentra en utilizar el producto conforme a las indicaciones del médico y el envase. No hay que olvidar que ningún tratamiento funciona al 100% en la primera aplicación, por lo que debe realizarse una segunda a los 7-10 días.
Existen también tratamientos naturales que involucran el uso de aceites esenciales, vinagre, mayonesa y vaselina, entre otros. Aunque pueden ser una alternativa para pieles que no toleren productos químicos, su eficacia es menor y no está comprobada. Además, requieren una aplicación constante y pueden resultar igualmente irritantes.
Los pediculicidas químicos más populares son las Piretrinas, principalmente la Permetrina. Su uso debe ir acompañado de la retirada de piojos y liendres muertos con una lendrera – peine especial – metálica con púas cilíndricas, largas y juntas, así como una punta redonda.
Prevención
Para prevenir la infestación, lo recomendable es no usar productos químicos. La mejor forma de prevenirla es realizando revisiones visuales periódicas después del baño y utilizar una lendrera para corroborar que no hay ningún piojo o liendre en el cuero cabelludo.
Si la prevención falla, es importante comenzar un tratamiento pediculicida y seguir las instrucciones del médico y las del producto. A su vez, es importante avisar a los centros que frecuenta el infestado, como el colegio en el caso de los niños, tan pronto como se descubran piojos. Sobre todo, lo que se tiene que tener en cuenta es que no hay que combinar tratamientos a menos que sea indicado por el médico.
En cuanto a la higiene, debemos saber que los piojos son parásitos, lo que implica que una vez fuera del huésped no sobrevivirán más de 24 horas. Para evitar una infestación en casa se recomienda desparasitar peines, cepillos, juguetes, ropa de cama, toallas y cualquier otro objeto de uso compartido. La mejor forma es sumergir artículos de plástico en agua hirviendo y lavar lo demás con agua caliente (60 °C) – todo lo que no pueda lavarse se puede conservar en una bolsa hermética durante algunos días.
Ningún padre quiere escuchar que su hijo se encuentra infestado por piojos, pero, si llega a suceder, debemos mantener la calma, teniendo en cuenta que los piojos no son señal de falta de higiene y que existe un tratamiento para solucionar el problema en cuestión de días.
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