Vestir a los bebés en invierno no es tan sencillo y más por el cuidado que se debe tener en esta época. Especialmente para los bebés y recién nacidos, ya que ellos no regulan de forma adecuada la temperatura del cuerpo, teniendo dificultad para conservar el calor en tiempo de frío. Por esto es necesario vestirlos de forma adecuada y justa, para que puedan sobrellevar los cambios fuertes de temperatura.
Parte de los cuidados radica en el tipo de ropa que se usa: esta debe ser muy fácil de quitar y poner, que no tengan botones ni muchas costuras. La opción de bodis es perfecta porque permite poner y quitar con mucha facilidad. Las fibras de las ropas deben ser naturales con tacto agradable, suave y cómodo y que absorban la humedad de la piel, como algodón, esto permitirá que, al colocar abrigos o mantas, el bebé no sufra de molestias, sino que se sienta cómodo al estar bien abrigado.
Para procurar nivelar el calor que producen los bebés con la ropa y abrigos, se recomienda adquirirlos con tejidos que permitan una adecuada transpiración, puesto que los resfriados también suelen darse después de haber sudado.
Para ello, se debe tener en cuenta que existen maneras en las que se puede identificar el nivel del calor corporal, por ejemplo, se debe verificar el aspecto de la piel, tocarles el cuello constantemente para sentir su nivel de temperatura. Sí al tocar sus manos y pies están fríos, no hay porque preocuparse puesto que esta condición es normal en ellos, aunque es mejor buscar la forma de que sus manos y pies estén protegidas del frio. Recuerda que los resfriados pueden ser adquiridos por los pies, manos u orejas, estas partes son una de las más sensibles.
Usar la “técnica de las capas” es lo más efectivo según los pediatras. Usando diferentes capas de ropa liviana permitirá que el aire circule, aislando el calor corporal, ayudando a que los bebés se adapten al grado de calor que generan las ropas puestas.
Si los bebés manifiestan inquietud o molestia y su respiración varía haciéndose cada vez más rápida, se debe tomar medidas inmediatas, determinando previamente si es por frio o calor, identificando su nivel de temperatura.
Cuando sea hora de dormir lo recomendable es que la habitación esté en promedio de 20° a 22°, la cuna debe tener una sábana que se ajuste adecuadamente al colchón, con una pijama fresca y cómoda que le cubra los pies, si no hay buena temperatura en la habitación se recomienda utilizar los sacos de bebés que mantienen la cara descubierta y no necesita de abrigos anexos.
Es mejor evitar los gorros al dormir, ya que los bebés transpiran por la cabeza y esto no será saludable para ellos, causándoles molestias durante toda la noche.