Muchas veces no se presta atención en la forma y en la condición que los bebés duermen, y aunque muchos padres se esfuerzan por prevenir accidentes, hay varios factores que se deben tener en cuenta. Aquí nombraremos algunos de ellos.
La temperatura: es algo que debe estar regulada, la habitación debe estar en la temperatura correcta para no tener necesidad de sobre abrigarlos si no que estén acorde a su temperatura corporal. Según los expertos los sacos de dormir ayudan a crear rutinas de sueño a causa de su comodidad y temperatura óptima, les permitirá mayor movilidad, sin fatigarlos y llenarlos de calor, evitando la posibilidad que se destapen, manteniendo su cara descubierta, estando calientitos sin necesidad de ponerles abrigos extra.
Las sabanas, mantas o almohada pueden ser causantes de asfixia. En países como Estados Unidos y Canadá, aconsejan no hacer uso de sabanas y mantas en la cuna por el riesgo a muerte súbita.
Lo mejor es remplazar estos elementos por sacos de dormir, además de ser cómodos, son considerados como un producto de alta seguridad.
Usar almohadas a tan corto tiempo: en los primeros meses de vida el cuello del bebé es corto y esto puede causar malas posturas, la cabeza puede quedar muy inclinada hacia adelante afectando su respiración, por eso lo ideal, es que el uso de almohada sea a partir de los 24 meses de edad, siendo esta almohada pequeña, muy delgada, y de material hipoalergénico.
Los bebés deben dormir siempre boca arriba: es normal que se desee cambiar de posición para que descanse su espalda y no se afecte su cabeza, pero esto solo se debe hacer en tiempos de siesta y bajo supervisión, cuando duerma a solas en la noche, es mejor que este siempre boca arriba, en un colchón firme y en una superficie plana.
No cubrir su cabeza al dormir, ni mucho menos usar gorros, esto puede traer un sobre calentamiento y puede causar riesgo de asfixia. También se debe evitar el uso de ropa que tenga botones o broches, ya que esto puede afectar la seguridad de los bebés.