La caspa infantil es algo que, junto a los piojos y liendres, ocasiona molestias en el cuero cabelludo de nuestros pequeños y es algo que debemos observar con muchísima atención. Ante la más mínima señal de picazón, heridas o ‘copitos de nieve’ en la ropa, hay que acudir al dermatólogo de confianza y aplicar tratamiento.
Primero conozcamos un poco más sobre esta condición:
La caspa también llamada dermatitis seborreica es una inflamación de la piel donde están las glándulas sebáceas que produce una sustancia grasa que ‘tapona’ con una costra mayormente blanca o amarillenta el espacio de piel que comprende. Es común verla en el cuero cabelludo y puede aparecer a temprana edad como es el caso de los recién nacidos con la ‘costra de leche’ que suelen tener algunos bebitos.
Hay dos razones por las cuales la caspa toma presencia en nuestros hijos:
Una producción exacerbada de sebo en las glándulas y folículos pilosos.
Una especie de levadura en la piel.
El stress, el frío invierno, algunos productos de higiene capilar, pueden empeorar la caspa presente en el cuero cabelludo de nuestros hijos, sin embargo es clave recordar que NO ES CONTAGIOSA y que los tratamientos dependerán del grado de gravedad que posea el ataque de caspa.
El dermatólogo después de revisar el cuero cabelludo para ver la magnitud de la dermatitis seborreica, evaluará si hay alguna herida, costra o roncha abierta que requiera un cuidado especial con antibióticos, antiinflamatorios y medicina tópica para proceder a recetar un champú especial, normalmente de venta libre, para atender al pequeñito.
Estos champús usualmente tienen los siguientes principios activos:
- champú de sulfuro de selenio al 1%
- champú de piritionato de zinc
- champú de alquitrán de hulla
- champú de ketoconazol
El médico indicará la frecuencia de uso, así como la cantidad a aplicar y el tiempo en que ha de estar sometido al tratamiento. Recordemos que algunos de estos productos aumentan la sensibilidad al sol por lo que es recomendable proteger el cuero cabelludo de los pequeños.
Es importante observar la higiene capilar de nuestros hijos, lavar sus cepillos y peines periódicamente, enseñarles el hábito de cuidar su cabello, no rascarse las costras y avisar a mamá o papá si sienten picazón o alguna incomodidad.
Recuerda que la caspa puede aparecer en otras zonas del cuerpo, puede empeorar o tardar en reaccionar a ciertos principios activos, por lo que el monitoreo constante de la condición ayudará a atacarla a tiempo.
Hay algunos trucos de la abuela que son recomendables en estos casos, entre ellos, los masajes capilares para aliviar el dolor, descongestionar las células y ayudar a que el champú o el producto penetre de una mejor manera. También el uso de aceites esenciales como la lavanda que alivian y desinflaman. Puedes hacer también una pasta o mascarilla con bicarbonato de sodio y aplicarla quince minutos en el cuero cabelludo para luego enjuagar muy bien.
Una vez superada la etapa de crisis, estará bien hacer mantenimiento periódico al menos una vez a la semana.
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