A los 2 años el bebé experimenta grandes cambios en sus emociones, se considera la edad donde más se hacen presentes los llantos y las pataletas, su temperamento se eleva cuando se le lleva la contraria o simplemente no quiere hacer algo.
En un momento está muy contento pero luego se pone de muy mal humor sin ninguna razón, todos estos cambios hacen parte de su crecimiento, la transición de ser bebé a ser niño le genera múltiples cambios emocionales como de comportamiento y aunque el niño puede luchar por controlar sus malas acciones ante una corrección dada o una orden enviada, son más fuertes los impulsos y sentimientos que experimenta a esta edad.
La negación que presenta ante ciertas órdenes, lo hace en parte para reforzar su autonomía ya que está en la edad de afianzar su yo y la negación ante ciertas cosas que se le pida, es aquí donde se va formando su personalidad y carácter.
Esto no significa que se le deba aceptar los malos comportamientos o hacer todo lo que el bebé diga puesto que solo se le reforzaría las actitudes negativas haciéndolo cada vez más malhumorado, comprendiendo de forma incorrecta la forma de comunicarse desenfocando los roles y papeles que juega cada autoridad como papá y mamá dentro de casa.
Solo con mirarlo fijamente entendiendo su carácter ante las circunstancias y manteniendo una actitud positiva siempre, será suficiente para ir eliminando la actitud negativa del pequeño.
Los dos años es una etapa explorativa donde quiere conocer el mundo en su totalidad sin ningún tipo de límites externos, los límites son de él mismo, él pone el punto final ante cualquier cosa que esté haciendo.
El desarrollo cognitivo es más amplio y va acorde con su movilidad, pero al no ser tan diestro aún en ciertas áreas le enoja mucho, cambiando constantemente de humor, se puede presentar en medio de cada situación pataletas fuertes donde querrá tirar cosas, gritar o botarse al suelo.
En el transcurso de su etapa mientras el niño va ganando mayor seguridad, tendrá la posibilidad de ser más independiente y es en el camino que se le debe ayudar a enfocar esos sentimientos y emociones para expresarlos de la mejor manera mientras va adquiriendo mayor madurez. Para lograr esto se debe establecer límites dentro de las posibilidades del pequeño en medio de la realización de actividades que le permitan seguir con su sentido de exploración, fomentando parámetros de comportamiento para que vaya entendiendo hasta dónde puede llegar con su expresión emocional y temperamento, se debe ser constante en las reglas que se le generen dándole pautas para expresar sus emociones de forma positiva.
Cuando se le quiera dar una orden al niño, no se debe dar con palabras interrogativas si no palabras que afirmen la acción, por ejemplo no se le debe decir, quieres ir a comer? Si no se debe remplazar esta palabra con: nos vamos a comer.
También el halagarlo cuando se comporte bien y sea obediente, cuando se vista o desvista solito, cuando realice una actividad y la realice sin ningún tipo de ayuda, esto fomentará su buen humor y le dará mayor seguridad alegrándose de los logros alcanzados, desarrollará una imagen de sí mismo, subirá su autoestima y el comportamiento negativo poco a poco irá desapareciendo.
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