En la infancia a diario hay que enfrentarse a una serie de cambios y emociones diferentes y demasiado grandes para alguien que aún es pequeño, de allí nacen miedos, temores y fobias, aunque pueden ser habituales y normales, son variables según la edad y situación a la que se deben enfrentar.
La mayoría de los miedos van desapareciendo a medida que van creciendo y logrando madurez para comprender que no hay necesidad de asustarse y lo que sienten es manejable. La Asociación Española de Pediatría denomina estos temores como “miedos evolutivos”, haciendo referencia también a que algunos temores como las fobias, deben ser tratadas con ayuda, debido a que estas generan una desproporción emocional que conlleva a tener sentimientos de ansiedad.
Uno de los miedos más frecuentes en los niños es el de la oscuridad, donde ir a la cama suele ser difícil y tormentoso, ver su cuarto oscuro y umbrío hace que sus sentidos perciban una sensación de temor, este miedo habitual es presentado en uno de cada tres niños en edades entre los dos años disminuyendo desde los 8 a 9 años.
Para mejorar estos estados de ansiedad, es necesario tener rutinas que ayuden a tranquilizarlos antes de ir a dormir, evitar las bebidas con azúcar en las noches o que contengan grados de cafeína, prepararles un ambiente con música suave para descansar, promoverá su tranquilidad y cambiara los pensamientos de angustia asimilando su cuarto como un lugar de refugio y descanso, el leerles un cuento, arroparlos y esperar que se duerman, el evitar que en la noche realicen actividades excitantes, será de gran ayuda para superar estos temores.
Otro de los miedos más frecuentes en los niños es el de la separación, este suele aparecer en los primeros años de vida y se manifiesta cuando son alejados por mucho tiempo de sus padres, para disminuir este temor se debe fomentar la independencia, estimulando cada día la autonomía del niño, evitando la sobreprotección.
Se puede iniciar con separaciones cortas, como dejarlos jugar en casa de amigos por ciertos periodos de tiempo para fortalecer la seguridad y la confianza.
Los miedos escolares también son muy comunes, esto basado al entorno de presión que pueden manejar ante la competitividad y las normas que promueven dentro del lugar, muchas veces provocándoles sentimientos de soledad. Lo bueno es que este miedo irá desapareciendo a medida que el niño se va adaptando de forma progresiva a su colegio.
El temor a los médicos es muy frecuente que se manifieste desde que se es bebé, la sensación de tener cerca una persona desconocida colocándole inyecciones hace que el pequeño sienta altos niveles de ansiedad.
Para evitar esto es necesario que los padres tengan una actitud serena para que los niños estén más tranquilos, el interactuar y conocer a su pediatra antes será de gran ayuda para el pequeño.
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