La rabia puede catalogarse como una emoción generada por la frustración de no lograr lo que se quiere de forma inmediata y no es fácil que el niño logre un control sobre sí mismo, puesto que aún está aprendiendo a reconocer sus emociones. No todos los niños presentan la misma rabieta ante una misma situación, pero cuando se presente, se debe enseñar a canalizarla y enfocarla.
La rabia inicia de forma interna, presentando un aumento en el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, manifestándose con impulsos externos, gritos, gestos, etc. La rabia se manifiesta frente a una necesidad que se expresa de forma física y psíquica, que al permitir que fluya, ayuda a la regulación de otros estados emocionales, siendo una reacción de algún modo sana que hace parte del desarrollo de los niños, el cohibirla, los lleva a guardar lo que sienten sin tener la oportunidad de explorar medios de autorregulación emocional y a entender los límites de su enojo, este sentimiento, permite al niño desenvolverse mucho mejor en su entorno. Si tu niño inicia una rabieta déjalo que la exprese, solo obsérvalo y cuídalo para que no se vaya a lastimar.
¿Cómo puedo Ayudarlos?
-En primer lugar, tener mucha calma: Los padres debemos ser ejemplo de autocontrol y calma, no les podemos decir a los niños que se calmen, gritando o zarandeándolos, esto solo es un acto que llevará a la desesperación y a causar mayor irritabilidad en ellos. Para que los niños logren manejar la rabia, deben ver en nosotros ejemplo de control en momentos de estrés, y en los momentos de rabia de los niños, demostrarles cómo actuar.
-Llevarlos a reconocer por qué actuaron con rabia: Es necesario esperar que se calmen para poder hablar sobre lo sucedido y reflexionar sobre su actitud, preguntarles, por qué reaccionaron de esa manera, que sintieron y por qué se disgustaron, se les debe hacer saber que es normal sentirse así, pero que hay actitudes que no están bien y que hay otras formas en las que se pueden expresar.
-Enséñales diferentes formas en las que pueden dar a conocer su mal genio: Los niños por lo general reaccionan con ira porque aún no han conocido la forma correcta de expresar lo que sienten, se les debe explicar y dar herramientas de cómo pueden solucionar un problema, realizando lo siguiente:
Después de ayudarles a reconocer el motivo de su mal genio, dale indicaciones de cómo enfrentar situaciones próximas. También dale a conocer las consecuencias de actuar con rabia y muéstrales la diferencia de actuar tranquilamente.
Motívalos constantemente a actuar de forma positiva y por medio del dialogo. Si se repite de nuevo una rabieta, tómate tu tiempo para explicarles que esa no es la forma correcta de reaccionar y que pueden actuar de forma diferente en otra oportunidad.