Un recién nacido necesita de cuidados especiales por la vulnerabilidad y fragilidad con la que nace, sus huesos son débiles y se necesita de una forma adecuada para cargarlos. Este cuidado se centra especialmente en su cuello y cabeza debido a que sus huesos son mucho más blandos.
Los huesos craneales de un adulto son rígidos para poder proteger el cerebro ante cualquier golpe, pero en los bebés no, los de ellos están separados por espacios blandos denominados fontanelas. Existe la fontanela superior, que se encuentra ubicada entre la frente y la coronilla, y la posterior, que está entre la coronilla y la nuca, las fontanelas se van fortaleciendo o cerrando entre la edad de los 12 a 18 meses, estas son las que permiten el adecuado crecimiento del cerebro.
La cabeza de un bebé recién nacido debe medir unos 35 cm de circunferencia. El control de su cuello y cabeza es mínimo, ya que los músculos del cuello no están desarrollados aún para soportar el peso de la cabeza, por lo que hace necesario que al cargarlos se sujete adecuadamente con el antebrazo del cuidador a tal punto que la cabeza del bebé quede firme y no se mueva de un lado a otro, no se deben realizar movimientos bruscos y al levantarlos de una superficie, se debe sujetar la cabeza desde la nuca para un mayor soporte.
La seguridad del cuello del bebé debe estar siempre presente para cuando se salga de paseo o se esté en casa. La ayuda del reductor será muy práctico a la hora de estar en la silla de coche, o en la silla de paseo, ya que este sujeta la cabeza y el cuerpo para evitar lesiones durante los movimientos que se realicen. Se adapta muy bien a la silueta del bebé, recogiendo el cuerpo y la cabeza de forma estable, permitiendo el ajuste de la cabeza conforme a la altura.
Las posturas en las que se coloca al niño, deben ser cuidadas ante el estar mucho tiempo en un solo lado, ya que este tipo de posiciones prolongadas pueden aplanar ciertas áreas de la cabeza debido a la flexibilidad que tienen lo huesitos, por esta razón es recomendable cambiar su postura a la hora de acostarlo.
Los músculos del cuello, la espalda se irá fortaleciendo a medida del tiempo y de su crecimiento, donde se puede apoyar con estímulos generados en casa para que vaya ganando fuerza, firmeza y control de su cuerpo.
Colocarlo boca abajo para que intente levantar su cabeza, fortalecerá los músculos de la columna y del cuello para que tenga mayor equilibrio.
El apoyar la cabeza sobre los hombros del cuidador, le ayudará a tener firmeza mientras sus músculos van ganando fuerza. Así mismo el colocar su espalda sobre el regazo del cuidador y su cabeza recostada, también será una buena manera de estimularlo a tener mayor control de su cuello, cabeza, fortaleciendo su columna vertebral.
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