¿Cómo crear una rutina de sueño en los pequeños?

¿Cómo crear una rutina de sueño en los pequeños?

 

Las rutinas son el resultado de actividades que realizamos por costumbre. Por esto resultan una herramienta muy útil a la hora de crear buenos hábitos en los niños y, así, lograr beneficios a largo plazo.

 

Los beneficios de una rutina de sueño son muchos, comenzando por el buen ánimo, la capacidad de concentración durante el día y el balance hormonal de nuestro cuerpo. Además, realizar las horas suficientes de sueño permite a nuestro cuerpo realizar procesos que sólo se pueden llevar a cabo mientras descansamos. A su vez, durante la etapa de sueño el cerebro clasifica la información del día y crea memorias a largo plazo, gracias al denominado Movimiento Ocular Rápido (MOR).

 

Ahora que sabemos los beneficios que conlleva un buen descanso, viene la pregunta del millón: ¿cómo crear una rutina de sueño?

 

Primero debemos partir por establecer que una rutina debe componerse de actividades que sean fáciles de recordar y repetir sin importar el lugar en el que se encuentren nuestros niños. Esto será de gran ayuda en situaciones puntuales como en viajes o cuando duerman en casa de algún familiar o amigo.

 

Es importante, también, plantear las actividades del día en relación a las horas de sueño recomendadas para la edad del niño. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), las horas de sueño recomendadas de acuerdo a la edad son las siguientes:

 

-         De 4 a 12 meses de edad: 12-16 horas de sueño (incluyendo siestas)

-         De 1 a 2 años: 11-14 horas (incluyendo siestas)

-         De 3 a 5 años: 10-13 horas (incluyendo siestas)

-         De 6 a 12 años: 9-12 horas

-         De 13 a 18 años: 8-10 horas

Teniendo en cuenta estos datos, podemos organizar las actividades previas a la hora de dormir. Una rutina, para plantear el buen descanso, podría ser, por ejemplo, la siguiente:

 

-         Cenar. Es crucial que la cena se realice, al menos, una hora antes de dormir y que no se vuelva a comer, sobre todo, mientras se está en la cama. Lo que sí se puede es beber, simplemente, agua.

 

-         Tomar un baño y ponerse el pijama. Dependerá de la rutina del hogar: por ejemplo, hay familias que prefieres realizar el baño por la mañana y otras por la noche. Realizar el baño por la noche puede ayudar a que el bebé logre ese estado de relajación que conduce al sueño.

 

 

-         Lavarse los dientes. Ésta es una actividad que realizamos mecánicamente de adultos y que tiene que ver con hábitos adquiridos en la infancia. Aquí, lo importante es enseñar a los niños pequeños a realizarlo de manera correcta.

 

-         Un momento de tranquilidad con mamá y papá. Una vez en la cama o en el cuarto del niño, es recomendable compartir un momento, preferiblemente, con luz tenue. Se puede aprovechar este momento, por ejemplo, para hablar sobre cómo ha ido el día o leer un cuento.

 

 

-         Buenas noches. Ahora es el momento de retirarse de la habitación: desear buenas noches al bebé y apapacharlo. La hora de apagar las luces e irse a dormir ya ha llegado.

 

Una rutina de sueño se puede comenzar a trabajar desde temprana edad, aunque siempre siendo conscientes de las etapas de desarrollo de nuestros hijos y las modificaciones que tendremos que ir realizando en la rutina. No podemos esperar que un bebé de pocos meses de edad duerma la noche entera, pero sí podemos implementar una rutina para que conforme vaya creciendo reconozca señales que le indiquen que la hora de dormir se aproxima. A su vez, cabe recordar que las rutinas no deben ser enteramente estrictas: podemos variar en las actividades que se desarrollan antes de apagar las luces.

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