Mujer y libertad financiera

Mujer y libertad financiera

Las mujeres, en nuestro camino hacia la libertad, hemos ganado muchas batallas. Pasito a pasito. Sin prisa, pero sin pausa, hemos sabido conquistar nuestra libertad de elección y nuestra libertad de expresión y de acción: Hoy podemos elegir sin ataduras lo que queremos hacer con nuestra vida: si trabajamos o no, si nos casamos o no, si tenemos hijos o no. Podemos expresar libremente nuestros puntos de vista, nuestras opiniones, nuestros estados de ánimo: a través de nuestra manera de vestir, de hablar, de escribir, e incluso de soñar. Podemos hacer lo que deseamos: una carrera universitaria, trabajar, viajar… Si, viajar. Quizás te resulte obvio que las mujeres podemos viajar a donde queramos, con quien queramos y cuando queramos. Pero, hasta no hace muchos años, para ir a otra ciudad o a otro país, necesitábamos el permiso de nuestros maridos. Si, como lo oyes. Y hay más. Aunque te parezca increíble, hasta 1931 no tuvimos derecho a voto en España. Y, hasta 1981, los bienes gananciales o la patria potestad de los hijos eran de los hombres.

Como ves, desde el siglo pasado, mucho ha llovido. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, entre otras cosas en lo que se refiere a mujeres y finanzas.

Las mujeres, a pesar de poseer más del 40% de la riqueza mundial, estamos todavía lejos de tener la educación financiera necesaria para poder gestionar e invertir esta gran cantidad de dinero. La mujer está avanzando a pasos agigantados en el ámbito profesional, accediendo cada vez a más profesiones y trabajos bien remunerados. Sin embargo, no estamos avanzando tan rápidamente en saber cómo manejar nuestro dinero, y qué decir de cómo multiplicarlo. De hecho, según un artículo publicado en revista Fortune*, las mujeres tenemos el 71% de nuestro dinero en efectivo. Ahorrado en el banco. Y es que a veces, confundimos ahorro e inversión. Pero ahorro e inversión no son lo mismo. Y un exceso en ahorro hace que tu dinero pierda valor.

¿Por qué es importante saber gestionar e invertir nuestro dinero?

Entre otras razones porque:

  1. Cada euro que ganas te cuesta tiempo y energía. El dinero que tienes lo has cambiado por tu tiempo y por tu energía, así que, estarás conmigo en lo importante que es ser conscientes de en qué gastamos nuestro dinero y ser selectivas con nuestros gastos. Supongamos que tu sueldo es de 2400 euros al mes y que el mes pasado te compraste un móvil de última generación por el que pagaste 1200 euros. Ese móvil te ha costado 15 días de esfuerzo. Así que, pregúntate, ¿ha merecido la pena ese esfuerzo para comprar este móvil? La respuesta sólo la tienes tu, y es importante que te la hagas para que vayas creando una mentalidad del dinero y aprendas a conocer y controlar tus gastos.
  2. Hay situaciones inesperadas que pueden conllevar grandes gastos: Gestionando bien tu dinero y generando ahorros, serás capaz de afrontar cualquier imprevisto, como la pérdida de empleo en el caso más extremo. O una factura médica elevada.
  3. Tus ahorros pueden trabajar para ti. Invirtiendo tus “excedentes” harás que tu dinero se multiplique, generando una rentabilidad e incluso hasta una renta adicional. Es lo que sucede cuando tienes acciones o fondos de inversión o una vivienda en alquiler. Tienes activos en tu patrimonio, que además de poderse multiplicar (y hacerlo si juegas al largo plazo), te generan rentas cada vez que se reparten dividendos o recibes la mensualidad por el alquiler.

Y, ¿Cómo puedo gestionar mejor mi dinero?

La respuesta es tan fácil de decir como difícil de implementar: cambiando de hábitos financieros. Para lograrlo, primero debes ser capaz de identificar tus hábitos actuales y decidir qué rutinas quieres modificar. Después, establécete objetivos concretos que te ayuden a adoptar esas nuevas prácticas financieras. Una vez tus nuevos hábitos formen parte de tu rutina de comportamiento, ya no tendrás que poner mucha atención a lo que haces con tu dinero, pues simplemente lo harás. Por ejemplo, si quieres crear el hábito del ahorro, puedes establecer como objetivo específico separar el 5% de tu sueldo el mismo día que lo recibes. Puedes crear una cuenta de ahorro y transferir ese 5% mes a mes. Te puede llevar un tiempo habituarte a “deshacerte” de una parte de tu sueldo, pero una vez te has acostumbrado y lo has automatizado, ya no lo pensarás más.

La libertad financiera

La libertad financiera es uno de los vehículos a través de los cuales las mujeres podemos alcanzar nuestra verdadera libertad. Sea lo que sea lo que tú entiendas por libertad, unas finanzas saneadas siempre te van a ayudar. Porque saber que tienes (y tendrás) el dinero suficiente para tener el estilo de vida que deseas te liberará del agobio de estar siempre pensando en dinero. La libertad financiera permite que confíes más en el futuro, que te quites de encima las preocupaciones económicas y que puedas ser tú misma y hacer lo que quieres con tu vida. Pero cuidado, esta libertad no se consigue de la noche a la mañana. Para alcanzar la libertad financiera, necesitas conocimientos, objetivos, compromiso, constancia y asumir un cierto riesgo.

  • Conocimientos: adquiere la educación financiera básica que te permita conocer tus finanzas y discernir entre diferentes tipos de inversiones. Así estarás armada para tomar las mejores decisiones financieras en cada momento de tu vida.
  • Objetivos: establece tus objetivos financieros a través de tu planificación financiera (un plan de ahorro e inversión sistemático)
  • Compromiso: comprométete a llevar tu planificación financiera a la acción.
  • Constancia: una vez haya empezado a tomar acción, no pares ¡sigue!
  • Riesgo: toda inversión conlleva un riesgo. El valor de las inversiones es fluctuante y por lo tanto no es seguro (al menos en el corto plazo). Lo que sí que es seguro es que, si no inviertes, es decir, si dejas tu dinero en tu cuenta corriente, ya estás perdiendo dinero debido a la pérdida del poder adquisitivo producida por la inflación.

Lo importante de la libertad y la independencia financieras es que aprendas a tomar las riendas de tus finanzas y de tu dinero. Ser capaz de proyectar tu futuro financiero a través de un plan, que, conforme lo vas cumpliendo, te irá dando cada vez más libertad, más seguridad y más tranquilidad.

Y la herramienta básica para lograr tomar las riendas de tus finanzas y tu dinero es la educación financiera, una de las patas que todavía cojea en el empoderamiento femenino.

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