Malos hábitos de los padres que afectan a los niños

Malos hábitos de los padres que afectan a los niños

Un hábito es la acción que repetimos frecuentemente, haciendo que se convierta en parte de nuestra rutina. Desde una perspectiva psicológica, el ser humano puede acostumbrarse tanto a esa acción al punto de necesitarla diariamente para sentirse cómodo consigo mismo. Los hábitos pueden ser adquiridos por ejercicio o experiencia y pueden estar tan arraigados a nosotros que pueden ejecutarse de forma automática, por lo que no requieren que se les preste mucho esfuerzo para llevarse a cabo.

Estos hábitos pueden repercutir de forma positiva o negativa en las personas que nos rodean, en nuestro caso como padres, enseñamos a nuestros hijos con nuestros actos, que pueden influir de forma negativa o positiva en ellos. No se trata de ser perfectos, todos nos equivocamos, pero el reto no está en la perfección sino en entender que aquellas equivocaciones nos enseñan, nos conllevan a mejorar y a medida del proceso podremos establecer conductas que nos hagan mejores.

Por eso en este post explicaremos algunos malos hábitos o conductas que pueden afectar a nuestros hijos.

-El primer mal hábito que por lo generar todos adquirimos, es mirar el móvil mientras hablamos con ellos, según estudios 1 de cada 3 personas logra revisar el móvil hasta 100 veces al día, estos hábitos de dependencia tecnológica, son un espejo para los niños y nos hacen perder autoridad en el momento de exigirles un cambio de uso del móvil, recordemos que somos ejemplo y que nuestras palabras deben ser consecuentes con nuestros actos.

-Otro mal hábito es ser padres ausentes: estamos en un momento donde el trabajo acapara la mayoría de nuestro tiempo, haciendo que estemos fuera de casa viendo o compartiendo poco con nuestros niños y definitivamente esto repercute de forma negativa en ellos, su necesidad de nosotros siempre está presente, que no compartas lo suficiente fomentará el hábito del distanciamiento y poco a poco se alejarán de ti.

-Hablar de los niños como si no estuvieran presentes: Ellos siempre escuchan lo que los adultos hablan, así estén jugando o viendo tv, ellos prestarán atención a lo que hablas, si hay una queja o un reclamo hacia ellos, es mejor incluirles en la conversación esto con el fin de buscar soluciones, ya que de lo contrario se está logrando avergonzar al niño y será más difícil ver cambios en comportamiento si eso es lo que requieres.

-Prometer y no cumplir: Si le dices algo al niño respecto a que harás o le darás, pero luego te olvidas, le estas enviando un mensaje y es que no es lo suficientemente importante y tampoco es tu prioridad, este es un muy mal hábito que se debe eliminar, ya que estás poniendo la confianza de tu hijo en juego. ¡Cuidado!

-No comunicarnos con ellos: El omitir que hicimos en nuestro día o el no preguntarles que hicieron ellos, limita la comunicación y los acostumbramos a que se reserven todo con nosotros, que para ellos no sea importante que nos enteremos de su vida.

-Darles alimentación no sana: Si nosotros somos ejemplo de comer frituras, comer a des tiempos, no comer saludable, le estás creando un muy mal hábito que repercutirá en su salud. Una buena alimentación hace parte de un adecuado desarrollo físico, neurológico y de aprendizaje.

-El no ser ordenado: recuerda que si en casa no eres muy ordenado tu hijo está aprendiendo esta mala costumbre y de nada servirá que te desgastes enseñándole a organizar su cuarto cuando la nota despreocupación de sus padres por la organización de su hogar.

Estos y otros más malos hábitos podemos estar fomentando, así que detengámonos por un momento y revisemos nuestro día a día, si ves que tienes algún otro mal hábito, quítalo de ti, notarás definitivamente una mejora en el comportamiento de tu hijo y en la relación intrafamiliar. Recuerda, cambiar para mejorar.

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