En general los niños se rascan cuando sienten que tienen un granito, algunos de ellos a causa de picaduras, no toleran el picor y se rascan, pero hay un porcentaje de pequeños que pueden llegar a sufrir de fuertes ataques lo que se conoce como Dermatilomanía.
Es la necesidad de rascarse o frotarse fuertemente, a veces hasta llegando a lesionarse, ocasionando lo que se llama escoriaciones. Esto en cierta medida puede llegar a ser mortal, ya que en algunos casos las lesiones se pueden infectar y causar mayores problemas de salud.
Conozca más del tema aquí.
Este tipo de diagnóstico está en el grupo de los diagnósticos catalogados cómo TOC Trastornos Obsesivo-Compulsivo y encierra una variedad de trastornos o afecciones psiquiátricas como son:
⮚ Trastorno obsesivo-compulsivo.
⮚ Trastorno dismórfico corporal.
⮚ Trastorno de acumulación.
⮚ Tricotilomania
⮚ Y la ya mencionada dermatilomanía.
Sus características más frecuentes son la aparición de conductas repetitivas o compulsiones, que en ocasiones se reflejan como normales, pero caen en lo obsesivo como son el lavarse, controlar, ordenar, contar repetidas veces.
La persona con trastorno dismórfico corporal revisa su imagen una y otra vez frente al espejo, o se obsesiona con su aseo personal, mientras que las personas con trastorno de acumulación sienten el deseo de adquirir objetos en exceso y guardarlos.
Por otro lado, quien padece la tricotilomania pueden llegar a halar su cabello con tal frecuencia que pueden padecer alopecia localizada y como ya lo mencionamos la dermatilomania hace sentir deseos incontrolables de pellizcarse o rascarse.
¿Cómo se sienten las personas que lo padecen?
Estos trastornos suelen venir acompañados de pensamientos angustiantes, aunque se cree que la tricotilomania o la dermatilomania no experimentan estos pensamientos obsesivos.
Pellizcarse en repetidas ocasiones la piel puede causar lesiones, la persona puede llegar a sentir tensión, ansiedad y ante eso pellizcarse alivia la sensación que siente y al tratar de evitarlo se sienten afligidas por no poder controlarlo.
Por lo general este trastorno comienza en la adolescencia, pero no exime a los más pequeños de llegar a padecerlo, siendo las mujeres en cierto porcentaje las más afectadas.
Síntomas a reconocer.
Podemos reconocer a un niño que sufre este trastorno si:
✔ Constantemente observamos que se rascan, frotan o tocan la piel y el cuero cabelludo.
✔ Tratan de ocultar las heridas que se causan y evitan que los revises.
✔ Su estado de humor es irritable la mayor parte del tiempo.
✔ Presentan episodios de ansiedad o depresión podemos observar cambios en su comportamiento.
✔ Evitará cualquier tipo de exposición social en donde se sientan expuestos.
¿Qué puedo hacer para ayudarle?
Regañar al pequeño no evitará que repita la acción, la ayuda que requiere en primera instancia es la comprensión y la intervención médica adecuada con la cual vendrá el tratamiento que necesita.
Las sugerencias para la oportuna ayuda son muy sencillas:
- La evaluación médica, bajo criterios específicos darán un diagnóstico acertado, el médico determinará tomando en cuenta:
⮚ El niño se pellizca al punto de dañarse la piel.
⮚ El niño, aunque lo intente no deja de pellizcarse o al menos pasa horas pensando en ello, esto le causa ansiedad.
⮚ Su vida comienza a cambiar a causa de esto.
- Ayudar con terapia cognitivo-conductual, reversión de hábitos o eliminación de hábitos le ayudará a tener conciencia de sus hábitos.
- Ayudar a tu pequeño a identificar las situaciones que detonan este comportamiento y así buscar soluciones juntos.
- Buscar y utilizar las estrategias que le ayuden a tu pequeño a sustituir su comportamiento.
Recuerda que observar y comprender los procesos de nuestros hijos es la mejor manera de prevenir, y el acompañamiento mientras atraviesan situaciones difíciles les ayudará a superarlas con rapidez.
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