Uno de los más grandes retos para los nuevos padres es bañar a su pequeño que apenas ha nacido y aunque puede parecer una tarea difícil, con algunos consejos que se apliquen de forma práctica permitirán dominar el tema a la perfección.
Como primera medida, es necesario saber que no hay necesidad de bañar al bebé todos los días. Según los expertos, el baño diario puede resecar su piel, lo recomendable es bañarlo por lo menos cada tercer día, para mantener una buena higiene.
Existen teorías diversas sobre si es bueno o no bañar al bebé antes de la cicatrización del ombligo, aunque La Asociación Española de Pediatría asegura, en no haber inconveniente en bañarlos, siempre y cuando se seque adecuada y cuidadosamente el ombligo, aunque, si no se tiene la plena seguridad de hacerlo, se puede realizar baños de esponja, por lo menos por tres semanas hasta que cicatrice el ombligo.
Antes de empezar el baño, hay que asegurarse de que la bañera no esté muy llena. Con unos 15 cm de altura de agua que es lo ideal para realizar el baño, teniendo en cuenta que la temperatura del agua debe ser apropiada (por lo menos de unos 32 grados centígrados) lo mejor es comprobarla antes de meter al bebé, con un codo o con ayuda de un termómetro.
Se debe preparar el ambiente de la habitación, a unos 22 grados centígrados para cuando el bebé salga de la tina, cerrar ventanas y puertas para mantener el calor.
Antes de iniciar el baño es mejor tener todo a la mano, un paño para enjabonarlo, jabón para bebé, toalla y un pañal limpio.
A la hora de sumergirlo, hacerlo gradualmente con la espalda sobre la tina, es mejor sostener su cabeza y el cuello con una mano, manteniéndolo cómodo, logrando que disfrute su baño y se relaje.
El agua se puede verter lentamente en el cuerpo del bebé y luego enjabonar con un paño o esponja suave, no se debe hacer mucha presión a la hora de limpiarlo ni mucho menos usar mucho jabón.
Lavar los pliegues de su cuerpo y sus partes íntimas con mucha delicadeza, en el caso de las niñas es importante limpiar su zona íntima de adelante hacia atrás, con el propósito de no llevar los residuos de las heces a su vagina, lavando bien los labios menores y mayores sin presionar.
Al sacarlo, se debe envolver en una toalla y secarlo suavemente sin olvidar los pliegues de la piel. Luego se le debe aplicar necesariamente una crema hidratante neutra sin perfume y que sea hipo alergénico, para hidratar su piel.