A partir de los dos años hasta los tres años, es una etapa donde buscan aumentar su autonomía, su psicomotricidad y habilidad para socializar toda la información o enseñanza que se le envía, está la asimilará mejor a través del juego.
Los pequeños de dos años tienen muchas ganas de explorar siendo cada vez más independientes, mostrando habilidades nuevas para realizar cosas, la idea es poder suministrarle las herramientas adecuadas y los juegos adecuados a su edad para potencializar habilidades.
Es esta tapa se hace prescindible fortalecer el desarrollo físico, cognitivo, social y de lenguaje, para esto se necesita desarrollar actividades enfocadas en ello.
Para fomentar la motricidad fina, se deben conseguir juguetes manipulativos que le ayuden a controlar y manejar adecuadamente el movimiento de los dedos y de sus manos de forma conjunta. El apilar, encajar, armar, jugar con granos, piedras, hasta pelar un huevo duro será divertido y de gran ayuda para fortalecer esta área.
Para la comprensión social, son importantes los juguetes que tienen personajes, dibujos para poder reconocer personas del entorno, memorizando sus nombres, identificándolas de forma característica, las loterías son efectivas para su concentración, memoria y capacidad de análisis. Este tipo de juegos con personajes pueden ir acompañados con la relación de la ciudad donde vive, características de su casa, familia etc.
El juego espontáneo es ideal para el desarrollo cognitivo y emocional del niño, este desarrollará su creatividad, llevándolos a comprender como funcionan las cosas, el juego a esta edad permite la maduración psíquica que conlleva a la comprensión, adaptación, comprensión de la realidad y asimilación del medio ambiente. Ayuda a adquirir habilidades sociales de forma temprana, preparándolo para su vida adulta, fomenta una conducta exploratoria ante los diferentes campos de acción.
No se le debe interrumpir en el juego, puesto que esto detiene su desenlace que siempre tiene una finalidad y objetivo para ellos, aunque para el adulto sea difícil entenderlo.
El juego desarrolla diferentes habilidades en el niño, físicas; por medio del movimiento constante y en la continua actividad en la que se encuentran, desarrollan la coordinación psicomotriz, la motricidad gruesa y fina, ejercitando los huesos, músculos y siendo muy útil para sus pulmones y corazón.
El Desarrollo sensorial se ve involucrado por medio de las actividades que lleven a la discriminación de las formas, colores, tamaños y texturas.
Habilidades afectivas, lleva a experimentar diferentes emociones y a prender a relacionarlas, siendo de gran beneficio para la resolución de problemas, manejo emocional ante las diferentes situaciones que se le presenten.
El juego es tan importante para formar sentido de colaboración, el participar con otros amigos, les ayudará con este principio.
El niño debe disfrutar al máximo del juego, aunque es necesario en algunos momentos tener seguimiento de ellos, para re direccionarlos y reforzarles valores en medio de las actividades lúdicas que realizan.
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