Los meses fríos se acercan, por lo que, una de las dudas más grandes que tienen los padres respecto a la vestimenta de los peques es ¿estarán lo suficientemente protegidos?, ¿los estaré sobre-abrigando?
Para que no te comas la cabeza con estas preguntas hemos preparado una guía sencilla para que sepas cómo vestirlos en esta época.
La primera regla es tomar en cuenta la edad de tu hijo, no es lo mismo un recién nacido o un bebé de meses, que un niño en edad escolar o un adolescente.
En los recién nacidos, la termorregulación es muchísimo más precaria e inmadura, por lo que hay que abrigarlos a conciencia. Con esto queremos decir que con ponerle dos prendas más que a un niño podremos protegerlos. Especialmente entre los 0 meses y el año de vida.
En los meses más fríos se hace imprescindible cubrirse la nariz y la boca para calentar el aire que respiran, previendo así cambios bruscos de temperatura que puedan desencadenar resfríos o gripes estacionales.
¡Qué vivan las capas!
Así cómo lees, las capas ayudan a proteger a tus hijos del frío mientras aseguran que puedes ir quitando prendas si llegase a calentarse demasiado el ambiente. Utiliza fibras naturales, las sintéticas no abrigan bien y además no permiten que la piel transpire cómo debe ser.
Si el plan es disfrutar unas vacaciones en ambientes nevados, la ropa térmica e impermeable es la salvación, así permitirá que estén calentitos sin que la nieve haga de las suyas. Los médicos recomiendan no usar pijamas polares porque impiden la transpiración, haciendo que el niño sude y al cambiar bruscamente de temperatura pueda enfermarse.
Es preciso que las prendas se ajusten muy bien al cuerpo, que los guantes y calcetines calcen adecuadamente y que los gorros o sombreros que utilicemos puedan resguardar la cabecita de nuestros pequeños de la mejor manera.
Piensa también que las capas permiten que tu hijo tenga libertad de prescindir de alguna de ellas si se siente acalorado, ellos mismos pueden quitarse las bufandas o abrigos muy pesados, prefiere fibras y tejidos que garanticen la movilidad de tu pequeño para que estén cómodos y disfruten mucho aun cuando la temperatura baje.
Procura que las capas sean livianas, para que se genere el efecto ‘aislante’ entre una capa y otra. Será preferible abrigarlo con un suéter ligero, una camisa y luego una chamarra, que usar solo un abrigo pesado.
Las prendas térmicas siempre serán la primera capa que se le pone al pequeñito, bien sea en pantalón y camisa manga larga. Luego es recomendable incorporar prendas estilo Polar Wool o Polar Fleece, cuya confección está diseñada especialmente para esta función.
Recuerda que el abrigo de invierno debe ser lo suficientemente holgado para permitirle libertad de movimiento, pero que sea de su talla para asegurarnos que lo cubre lo suficientemente bien. Si tu hijo es intranquilo y acostumbra perder los gorros y guantes, algunos abrigos tienen incorporados botones o zippers para ajustarlos y evitar así que alguno se pierda en el andar del pequeñito.
Asegúrate que el calzado de invierno sea el adecuado para esas temperaturas y terrenos húmedos y resbaladizos, si usa doble calcetín, verifica que pueda mover los dedos con soltura dentro del zapato para evitar problemas circulatorios.
Chequea constantemente la temperatura corporal de tu hijo, revisa si tiene manchas rojas o blancuzcas en la piel que puedan ser señal de entumecimiento o frío intenso, de ser así, mételo en un ambiente caliente, procura que el aire no sea tan seco y mantenlo hidratado, no solo con líquidos sino usando alguna crema hidratante que evite la resequedad por frío
Submit comment Cancel Reply