Esta es sin dudas una de las fases más incómodas por las que la mayoría de los niños pasa en algún momento, junto al miedo a ir al baño o a la época complicada de ‘eso no me gusta, no me lo como’ que pone a más de un padre a sufrir.
Es importante recordar que es una etapa en el comportamiento de tu hijo, que pasará y que es necesario que seas paciente, comprensivo y firme en este momento.
Recuerda que con tu guía podrás calmarlo y lograr que este proceso sea lo menos traumático posible. Aunque a veces quieras perder el control, estés cansada y no quieras lidiar con la batalla de la hora del baño, es necesario que tengas en mente que eres tú quien puede controlar la situación.
Por ello y para disminuir la ansiedad hemos recopilado una serie de tips que convertirán la experiencia del baño en algo lúdico, único y placentero para tu peque.
El miedo al desagüe:
Es quizás el más común, empiezan a desarrollar fantasías y temores de que ‘se van’ por el desaguadero. Si tienes bañera, prueba con el mismo patito de hule o con los juguetes que suelen llevar a la hora del baño para que le demuestres que ‘no se va a ir nada por ahí’, ni él ni sus juguetes.
Prevee el momento ‘berrinche’ o ‘pataleta’:
Si sabes que la hora del baño se aproxima, no esperes que detone el conflicto y que su ánimo esté voluble o de mal humor. Nunca dejes que el llanto tome las riendas. Vuelve el momento algo lúdico y entretenido. Demuéstrale que es un ritual de diversión en un medio distinto como lo es el agua. Vuelve la ducha o la tina un espacio de aventuras y juegos.
Prueba diciéndole: ¿Quieres vivir una aventura en alta mar? , ¿y si jugamos a los piratas?, ¡Mejor aún! Seamos sirenas o delfines en el mar, ¡elige tus juguetes y vamos a bañarnos ya!
La respuesta será mejor que si le das una orden seca. ‘Vamos a bañarte’ o si lo chantajeas con un premio después. ‘Si te dejas bañar sin llorar te compro un carrito o un peluche’. Créenos que su reacción cambiará si obtiene ese premio sin la amenaza previa.
Prueba haciendo un calendario de recompensas:
Construye con tu peque un sistema de ‘recompensas’ con estrellitas positivas por las veces que se ha bañado y ha sido un momento pleno, así entenderá que al cumplir con estos hábitos podrá recibir reconocimiento. No necesariamente un juguete, puede ser una comida que le guste o más tiempo en TV o jugando. Establecer un sistema de recompensas sirve no solo para estos momentos sino para todo y le forjará el sentido de responsabilidad al tornarlo algo del día a día.
Mantengan un horario estable para el baño que gire en torno a sus intereses:
Quizás se pone de malhumor porque el baño coincide con su momento de juegos, de televisión o de pantalla. Si tu peque es mayor a cinco años procuren ‘dialogar’ ese horario, hazlo sentir que es partícipe de esto y que sus intereses están siendo salvaguardados.
Propón hacerlo en una cartulina con pegatinas y colores ¡Hora del baño! Y ahí establezcan el tiempo para esta actividad.
Si de verdad está muy atemorizado para someterlo al baño, el llanto es inconsolable y la pataleta se ha tornado pesada y violenta utiliza un ‘pase’ un ‘boleto dorado’, dile que tiene 3 boletos de este tipo al mes y que son pases para solo ser limpiados con paños húmedos o toallitas de bebé, para refrescarlo y asegurar que esté aseado. Recuérdale que esos pases son limitados y que no puede saltarse la hora del baño más veces.
Por último, ve introduciendo el concepto de higiene, limpieza y hábitos en su día a día, háblale de la importancia de protegerse de los gérmenes y bacterias, prueba quizás con un cuento infantil orientado a estos temas. Muéstrale que sus padres se asean, que es algo natural y que todos deben hacerlo.
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